Pan de miel

De acuerdo a la leyenda griega, en los tiempos antiguos los hombres de la Edad de Oro se alimentaban exclusivamente de la miel producida por las abejas. Zeus niño, escondido en Creta, creció comiéndola. Desde el inicio de los tiempos, la humanidad ha disfrutado y se ha beneficiado por su consumo.

La miel fue uno de los primeros alimentos recolectados por el hombre prehistórico y se le dio el simbolismo de abundancia y bienestar. Textos antiguos de diversas culturas ensalzan sus virtudes, El autor del Atharva Veda hindú solicita a «Asvins, señor de la luminosidad, úngeme con la miel de abeja, para que pueda dirigir con fortaleza mis palabras entre los hombres». El romano Virgilio en el libro IV de las Geórgicas escribe sobre «el regalo celestial de la miel». Y los indios cheyennes en su mito de la creación cuentan que «los primeros hombres se alimentaron de miel y de frutas silvestres y nunca padecieron hambre».

Antes de la aparición del hombre, osos y primates buscaron las colmenas y algunas especies de monos descubrieron que con una ramita podían obtenerla sin arriesgarse a un ataque por parte de las abejas.


A través del arte rupestre se puede saber cómo recolectaba el hombre prehistórico  la miel. Hace 12,000 años, en la Cueva de la Araña en Valencia, el artista  aprovechó un hueco en la roca y pintó a un hombre suspendido por cuerdas metiendo su mano en la grieta para tomar su tesoro dorado y depositarlo en un cesto mientras las abejas revolotean a su alrededor. Pinturas similares se han encontrado en Sudáfrica, en Zimbabwe y en la India.

La poderosa atracción de la miel obligó al hombre a esforzarse por obtenerla inventando medios para alcanzarla protegiéndose de las abejas  así como creando recipientes para almacenarla y transportarla.

Este maravilloso producto no sólo es un endulzante natural sino que también tiene propiedades preservativas y curativas y por ello se le han dado valores mágicos. La miel ya se utilizó en la gastronomía y en la ritualidad egipcias, en los banquetes griegos y en la cocina romana, incluyéndola Apicio en la receta de una  salsa de pescado.

Las primeras menciones de pan de miel -o pan de especias o de gengibre- datan del siglo XVII aunque su preparación fue muy anterior. Los chinos en el siglo X inventaron el pan de miel al que llamaron mi-king. Trescientos años después la corte de Gengis Kahn lo disfrutó y lo difundió hacia el Occidente llegando a los turcos y a los  árabes en Medio Oriente en donde europeos que llegaban como peregrinos a Tierra Santa lo probaron y lo llamaron panis mellitus. Algunos cruzados perdidos en las marismas rumanas dependieron de él para poder sobrevivir.

Con el paso del tiempo se le fueron agregando especias -canela, clavo, anis, gengibre y/o nuez moscada-. Se dice que Catalina de Medici incluía ciertos tipos de veneno en su preparación para deshacerse de sus enemigos, aunque tal vez esta anécdota pretenda explicar porqué su corte sufrió de cólicos una vez que se sirvió a todos.

Hasta hoy en día el pan de miel, o de especies, es el manjar característico de algunas regiones -Dijon, Reims, Paris- o de algunas festividades -pan de gengibre en Navidad-.

Fuente: Maguelonne Toussaint-Samat. History of Food. New York: Barnes&Noble Books. 1992.

Honik Lekaj (pan de miel para el Año Nuevo judío).

Precalentar el horno a 170 grados centígrados.

5 huevos enteros

1 taza de aceite (no de oliva)

1 taza de miel

1 taza de jugo de naranja

1 taza de café fuerte

1 3/4 taza de azúcar

4 tazas de harina cernida

2 cucharaditas de bicarbonato de sodio

Batir los huevos con el azúcar y alternar los ingredientes líquidos con la harina. Al final se agrega el bicarbonato.

Al gusto, se pueden agregar pasitas, nueces, clavo, canela, fruta cristalizada o mermelada de fresa o de naranja.

En un molde rectangular grande se pone una hoja de papel encerado, se engrasa y enharina y se vierte la masa. Hornear hasta que el pan esté firme y salga seco el palillo con el que se revise la cocción.

 

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