En Vivo desde el Met. Temporada de ópera 2016-2017 en el Auditorio Luis Elizondo

La temporada 2016-2017 de The Met: Live in HD comenzará el 8 de octubre con la trasmisión 100 de este programa: Una nueva producción de Tristan e Isolda de Wagner.
La temporada presentará 10 transmisiones en vivo desde el escenario del Met. Cinco de estas son nuevas producciones, tres son estrenos y dos son repeticiones de obras que han sido parte de este programa con la presentación de algunos de los mejores cantantes en el mundo.


La temporada 2016-2017 llegará a 70 países en seis continentes así como a 750 cines en Estados Unidos.

ATENCIÓN

Preventa de abonos: miércoles 13 de julio al 30 de agosto a partir de las 13 hasta las 15:30H.

Socios de la Temporada 2015 – 2016 tendrán derecho a adquirir sus 10 óperas a precio de 9.

Nuestros precios permanecen igual: Sección 1 $400, Sección 2 $300, Sección 3 $200, Sección 4 $100.

FAVOR DE TOMAR EN CUENTA:

Los días martes la taquilla permanece cerrada. La semana del 21 al 31 de Julio estamos de vacaciones.

En Vivo desde el MET de Nueva York – Auditorio Luis Elizondo

@METLIVETECMTY

Boletos en Taquillas del Auditorio y a través del sistema Ticketmaster.

Informes: 8358.4051

Ticketmaster: 8369.9000

– Boletos desde $100 pesos

– Estudiantes: 50% presentando su credencial

En vivo desde el Met: Turandot

2d5c35a9-6ea0-49ea-ba1d-31330ca6819bSábado 30 de enero, 11:55 am en el Auditorio Luis Elizondo.

Nina Stemme, una de las grandes sopranos dramáticas del mundo de la ópera, aborda el rol titular de la orgullosa princesa de la China legendaria. El tenor Marco Berti es Calaf, el valiente príncipe que canta Nessun dorma y gana su mano. La dorada producción de Franco Zefirelli es dirigida musicalmente por Paolo Carignani.

En vivo desde el MET: Otelo de Giuseppe Verdi

 

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Transmisión en vivo de la Ópera El Trovador

Auditorio Luis Elizondo
Sábado 17 de octubre a las 11:55 am.
El magistral Otelo de Verdi iguala a la obra de Shakespeare en intensidad trágica. El director escénico Bartlett Sher explora la dramática caída del Moro con un reparto sobresaliente: el tenor Aleksandrs Antonenko canta Otelo; la nueva soprano estelar Sonya Yoncheva interpreta a Desdémona, la inocente esposa y víctima de Otelo; y el barítono Željko Lucic interpreta al malvado Iago, quien trama la destrucción de Otelo. La dirección orquestal está a cargo del dinámico maestro Yannick Nézet-Séguin.
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ATENCIÓN
En Vivo desde el Met trae para ti diferentes promociones:
Estudiantes de cualquier universidad: 50% de descuento en tu boleto  presentando tu credencial el día sábado 17 de Octubre (únicamente en la sección 4).
Empleados Tec: Descuento por nómina

Breve reseña de las óperas de la temporada 2014-2015 de “En vivo desde el Met”

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Fernando Treviño Lozano*

Mayo de 2014

MACBETH DE GIUSEPPE VERDI. OCTUBRE 11 DE 2014.

Comienza el Metrpolitan Opera de Nueva York su temporada 2014-2015, rindiendo un justo homenaje a William Shakespeare en el 450 aniversario de su natalicio.

Aunque muchos son los compositores que han encontrado inspiración en este inmortal poeta y dramaturgo, ninguno lo ha hecho con la maestría con la que Giuseppe Verdi realizó sus tres óperas Shakesperianas: Macbeth, Othello y Falstaff. Las dos últimas, constituyen el par de obras con las que Verdi cerró su producción de obras para la escena; mientras que la primera, Macbeth, corresponde a los años finales de su producción temprana. Verdi tenía sólo treintaicuatro años cuando estrenó esta obra maestra en la que ya se visualizaban las nuevas ideas que resonaban en la mente del músico, principalmente el hecho de ir paulatinamente retirándose del belcanto para entrar en una era en la que la agilidad y colorido vocal, dieran paso a la emotividad y a una forma de interpretación más cercana al canto declamado, aunque ello no impediría a Verdi la creación de bellas y motivas melodías.

Verdi tomó la acertada decisión de que el libreto estuviere lo más apegado posible a la trama original. El efecto es que el centro de los personajes es la malvada Lady Macbeth, quien cegada por la ambición, conspira con su esposo, un general (Macbeth), para asesinar al Rey y así subir ambos al trono de Escocia. La inclusión de tres brujas pitonisas, quienes atormentan al débil Macbeth por el regicidio, la debilidad emocional del general y la desmedida ambición de Lady Macbeth, son los ingredientes perfectos para llevar la ópera a una dramática conclusión.

LAS BODAS DE FÍGARO DE WOLFGANG AMADEUS MOZART. OCTUBRE 18 DE 2014.

La fuente de inspiración para el argumento de esta magnífica ópera cómica, fue la segunda obra teatral de la trilogía del genial dramaturgo francés Pierre-Augustin Caron deBeaumarchais, misma que también incluye El Barbero de Sevilla (llevada al mundo de la ópera años después por Rossini y Paisiello), y La Madre Culpable.

Asimismo, representó la primera de tres colaboraciones entre Mozart y el escritor Lorenzo de Ponte, quien fungió como libretista. Estrenada un Viena en 1786, alcanzó un éxito y popularidad inmediatos, al grado que según consta en una carta que el compositor envió a su padre, “¡…la gente silba las melodías de la ópera en las calles de Praga!” cuando él paseaba por las calles de la ciudad, durante un viaje que realizó a esa ciudad.

El argumento nos narra la historia del Conde de Almaviva quien, a pesar de ser casado, no dejaba de tratar de seducir a integrantes femeninos de su servidumbre, entre los que se encontraba Susana, prometida en casamiento a Fígaro. Por su parte, el page Cherubino, un jovencito enamorado de la Condesa de Almaviva, no cesaba de hacer de las suyas para conquistarla. La cantidad de situaciones cómicas, enredos provocados por identidades confundidas, combinadas con tiernos momentos amorosos y nostálgicos, mantiene la atención del espectador durante la totalidad de la obra. Además, Mozart vertió en cada aria, en cada escena, en cada ensamble, música maravillosa y difícil de olvidar. Desde la chispeante Obertura, pasando por conocidos número individuales de los diversos personajes, hasta el septeto que cierra el Acto Segundo, el dúo de la carta del Acto Tercero y el festivo final, no cesan las maravillosas melodías de asombrar a quienes las escuchen. No en vano, esta obra es considerada una de las tres más grandes comedias en la historia de la ópera.

CARMEN DE GEORGES BIZET. NOVIEMBRE 1° DE 2014.

Mucho se ha dicho que la muerte de Bizet, ocurrida tan sólo unos meses después del sonado fracaso que fue el estreno de esta ópera en 1875, fue precipitada por este hecho. El compositor sentía, sabía que había puesto lo más granado de su inspiración en cada nota de la partitura; pero factores como el hecho de que el argumento se desarrolla en España (siendo Carmen una ópera francesa), la falta de refinamiento de los personajes y otros factores totalmente extra-musicales, contribuyeron a esta triste situación. Bizet murió pues, sin recibir el reconocimiento por haber compuesto una de las óperas más queridas y populares de la historia, una triste realidad que desafortunadamente ocurre muy frecuentemente en el mundo del Arte.

Carmen, quien labora en una fábrica de cigarros, es un personaje maravillosamente delineado en la música inspirada en un libreto de Melihac y Halévy, basado a su vez en una novela de Próspero Merimée. Esta clásica “mujer fatal” ejerce un embrujo irresistible sobre Don José, un soldado estacionado en Sevilla. La fuerte personalidad de Carmen, contrasta con la ternura de Micaela quien a su vez, está enamorada del militar. Es impresionante ver cómo la vida de Don José es destrozada por el amor que le inspira la cigarrera, quien después de seducirlo, lo abandona por el torero Escamillo. La desesperación del soldado al verse hecho a un lado, lo lleva a asesinar a Carmen quien tras una vida tan disipada, llama ella misma a su trágico destino. La partitura musical es de una factura tan perfecta que ha hecho que sea universalmente conocida. Si no es la Habanera, es la Canción Bohemia, el Aria de la Flor, la Marcha de los Toreadores y otros muchos momentos inolvidables los que nos llevan a pensar que no hay quien sea ajeno a al menos un momento musical de esta monumental piedra angular del arte lírico.

LA MUERTE DE KLINGHOFFER DE JOHN ADAMS. NOVIEMBRE 15 DE 2014.

Una vez más, tras la creación de Nixon en China en la década de los ochenta, John Adams y el productor Peter Sellars se embarcan en la creación de una ópera basada en hechos reales de naturaleza histórico-políticos.

Fue estrenada el 19 de marzo de 1991 en el Teatro Real de la Moneda en Bruselas por la Orquesta de la Ópera de Lyon y el coro dela Ópera de Londres bajo la dirección de Kent Nagano. La ópera se basa en el secuestro del crucero Achille Lauro por el Frente de Liberación de Palestina en 1985, y el posterior asesinato del pasajero judeo-estadounidense León Klinghoffer.

La obra ha suscitado a través del tiempo, considerables críticas, más que todo por el argumento. Algunos la han tachado de anti-semítica; mientras que las hijas de Klinghoffer quienes asistieron al estreno de manera incógnita, declararon que el argumento no se apegaba a la realidad de los hechos.

La música es a todas luces minimalista, al estilo de Philipp Glass y Steve Reich, quienes junto con Adams constituyen el triunvirato que popularizó este estilo musical. Toda una experiencia de lo que está sucediendo con la ópera en años recientes.

LOS MAESTROS CANTORES DE NÜRENMBERG DE RICHARD WAGNER. DICIEMBRE 13 DE 2014.

 Esta obra, ocupa un lugar muy especial en la producción wagneriana. En primer término, es la única comedia de sus obras maduras y en segundo constituye, junto con Rienzi, las únicas obras que tienen lugar en un lugar y época precisos, en lugar de las grandes óperas basadas en tiempos mitológicos o inmemoriales.

Los trovadores de la Edad Media habían ya desaparecido y es pues durante el Renacimiento, era en la que se desarrolla la trama, que nacen grupos de cantores que iban escalando puestos en la sociedad musical, dependiendo de sus estudios y habilidades.

Uno de los personajes centrales, Hans Sachs, fue de hecho un personaje histórico que ejerció gran influencia dentro de estas asociaciones de maestros cantores.

A través de un concurso de canto, se enfrentan dos escuelas: la liberal que preconizaba la visión del futuro y el dar la bienvenida a los avances que acontecían, contra la conservadora que ponderaba el resguardo de los valores del pasado.

Aunque Wagner comenzó a trabajar en esta obra en 1845, no fue sino hasta veintidós años después, en 1867 que la concluyó. Pero su factura es tan fina que llevó al gran político y músico Ignaz Jean Padrewsky a decir que Los Maestros Cantores era “el producto más perfecto de la actividad humana en cualquier campo”.

 LA VIUDA ALEGRE DE FRANZ LEHAR. ENERO 17 DE 2015.

El Metropolitan Opera nos presenta ahora una faceta en la que preserva y promueve obras de llamado género ligero: La Opereta. Esta forma del arte lírico, está constituido por obras con argumentos alegres y entretenidos, en las que las arias, dúos, ensambles y coros, están unidos por diálogo hablado para el desarrollo de la historia, a la manera del Singspiel alemán. En el repertorio de las grandes casas de ópera del mundo existen obras favoritas del público como El Murciélago, El Barón Gitano, El Conde de Luxemburgo, Orfeo en los Infiernos y desde luego, La Viuda Alegre.

La obra fue estrenada con gran éxito en 1905 y cuenta la historia de Hanna, una codiciada viuda del mítico país de Ponteverde, cuyos depósitos bancarios constituyen prácticamente la totalidad de las reservas monetarias de la nación. Un gran temor cunde en la población y en la clase política del país de que Hanna contraiga matrimonio con un extranjero y al transferir su fortuna fuera de Ponteverde, deje al país en quiebra. La opereta tiene, desde luego, un final feliz, no sin antes deleitarnos con maravillosas melodías, una escena en el legendario restaurante Maxim´s de París y de dejarnos prendados de la obra a través de su exquisito y bien conocido vals.

LOS CUENTOS DE HOFFMANN DE JACQUES OFFENBACH. ENERO 31 DE 2015.

 Ópera fantástica en tres actos, un prólogo y un epílogo, cuyo personaje central, el cuentista, abogado, crítico literario y caricaturista Ernst Theodore Amadeus Hoffmann, es un personaje de la vida real que ejerció considerable influencia en el movimiento romántico alemán del Siglo XIX. Sin embargo, los tres actos están basados en cuentos escritos por él El Hombre de Aserrín, Aventura de Año Nuevo y El Concejal Crespel. Cada uno de esos actos está dedicado a narrar la historia de tres mujeres de quienes supuestamente Hoffmann estuvo enamorado: Olympia, Stella y Antonia, así como el trágico final de cada uno de esos amores. Cada una de ellas es un personaje tan distinto, tanto en su aspecto humano como en el tipo de voz que se necesita para interpretarlo, que frecuentemente son tres sopranos distintas quienes representan a cada una de ellas; aunque la historia de la ópera nos ha dejado testimonios de honrosas excepciones.

Aunque Offenbach dejó un legado considerable de óperas y operetas muy exitosas, Los Cuentos de Hoffman se considera, sin lugar a dudas, su obra maestra en este género.

La partitura contiene algunas de las páginas más inspiradas de su autor. Él estaba consciente de esto, pero el destino le arrebató la existencia unos meses antes de su estreno, por lo que no pudo disfrutar en vida del éxito de esta obra que lo coloca entre los inmortales.

IOLANTA DE PIOTR ILICH TCHAIKOVSKY/ EL CASTILLO DE BARBAZUL DE BELA BARTOK (FUNCIÓN DOBLE). FEBRERO 14 DE 2015.

 Compuesta entre 1891 y 1892, mas estrenada en este último año, Iolanta o Yolanda es una ópera en un acto compuesta por Tchaikovsky basándose en un libreto de su hermano Modesto. El éxito alcanzado por dos óperas anteriores, La Dama de Espadas y La Hechicera hizo que el músico pasara por uno de tantos períodos de duda sobre el agotamiento de su creatividad. Comenzó a componer el dúo de la última de sus tres escenas y así fue procediendo. En su estreno fue muy exitosa, mas con el tiempo fue injustamente cayendo en el olvido.

El argumento gira alrededor de una ciega de nacimiento, quien ocultaba su mal, pero ansiaba ver la luz y los colores. Finalmente es a través del amor que Iolanta logra recuperar la vista y vivir feliz al lado de quien con su cariño, logró que pudiera ver.

El Castillo de Barbazul es una ópera en un acto basada en el popular cuento de Charles Perrault. Su ejecución requiere de una gigantesca orquesta de más de cien músicos, pero solo aparecen dos personajes: el propio Barbazul y Judith. Por ello, frecuentemente se interpreta en sesiones de concierto, es decir, no representadas. El Metropolitan Opera se anota un acierto más al permitirnos disfrutar de esta obra tal y como la concibió su autor en 1911, aunque su estreno tuvo lugar hasta 1918.

LA DONNA DEL LAGO DE GIOACHINO ANTONIO ROSSINI. MARZO 14 DE 2015.

 Esta ópera, misma que ha ido y venido de los escenarios desde su estreno en 1819, es la séptima de nueve obras que Rossini escribió para el prestigiado Teatro San Carlo de Nápoles entre 1815 y 1819. Tan es así, que el Metropolitan Opera la presenta por primera vez en su historia.

Precisamente en 1819, Rossini había tenido que salir apresuradamente de su natal Pesaro, sin proyectos concretos para el futuro inmediato. Fue entonces cuando se cruzó en su camino una traducción francesa del poema de ese nombre de Sir Walter Scott. Rossini, con su conocida capacidad para componer obras rápidamente, se puso a trabajar en ella, constituyendo la primera ópera basada en argumentos escoceses de Scott. Como dato curioso se puede mencionar que 20 años más tarde, alrededor de veinticinco óperas italianas estarían basadas en historias de él, incluyendo la celebérrima Lucia di Lamermoor.

El argumento cuenta la historia de una dama que haciendo uso de su ingenio y de favorables circunstancias llega a salvar la vida de su padre y del hombre que amaba.

Se dice que la noche del estreno, el público estaba dividido entre quienes celebraban la obra y quienes la condenaban. Pero al cantar la heroína el rondó final, la aceptación fue generalizada.

Vale la pena mencionar que ese papel protagónico en dicha premier, fue cantado por Isabella Colbran, quien más tarde se convertiría en la esposa de compositor.

CAVALLERIA RUSTICANA DE PIETRO MASCAGNI/PAYASOS DE RUGIERO LEONCAVALLO (FUNCIÓN DOBLE).

 Estas dos obras, muy frecuentemente presentadas juntas, tuvieron cada una su historia peculiar de gestación.

Pietro Mascagni era un pobre maestro de música viviendo literalmente de un plato de macarrones al día. Su situación económica había empeorado al contraer matrimonio; mas sería precisamente su esposa quien cambaría el destino del malogrado compositor.

Resulta que en 1889, un publicador de música de apellido Sonsogno, convocó a un concurso para óperas en un acto. Mascagni se entusiasmó y se puso a trabajar sobre un libreto de Giovanni Tangioni-Tonzetti, pero su poca fe en sí mismo lo llevó a descartar el proyecto aún después de haberlo concluido. Mas su esposa, quien tenía amplia confianza en el talento de su cónyuge, secretamente envió la partitura al concurso. La ópera ganó y al estrenarse en 1890, el público recibió la inspirada y apasionada música con tal entusiasmo que en poco tiempo, la fama de Mascagni remontó las fronteras de Italia. Es más, el Rey concedió al músico la prestigiosa Orden de la Corona, un logro que el mismo Verdi recibió ya en años avanzados de su vida.

La historia, llena de contrastantes escenas que van desde una procesión religiosa hasta un duelo a muerte, es matizada con música espléndida de un maestría tal que la hacen francamente imposible de pasar desapercibida.

Por su parte, Payasos fue compuesta por Leoncavallo tras varios intentos de llevar obras suyas a la escena. Tratando de imitar la ya entonces famosa Cavelleria Rusticana, pone toda su inspiración en una ópera corta, en la vena verista de la ópera de Mascagni. Para ello, concibe una obra dentro de otra obra, explorando un triángulo amoroso que se da en un ambiente circense y que culmina con uno de los personajes asesinando a su esposa. La conocidísima aria Vesti La Giuba, que habla patéticamente de cómo un payaso debe hacer reír a su audiencia, aunque su corazón esté destrozado, ha conmovido a incontables públicos desde su estreno en 1892. Las palabras finales de la ópera: la commedia e finita, se dice que fueron pronunciadas por Beethoven en los últimos momentos de su vida.

* Agradezco al Dr. Fernando Treviño Lozano su gentileza al permitirme publicar este texto en Gusto por la historia.

En vivo desde el Met de Nueva York: la ópera Parsifal de Richard Wagner

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 «Parsifal», la última ópera de Wagner llega este sábado 2 de marzo al Luis Elizondo.

EN VIVO DESDE EL MET DE NUEVA YORK

Jonas Kaufmann protagoniza al inocente que encuentra la sabiduría en la nueva concepción escénica que François Girard brinda a la última obra maestra de Wagner. Sus compañeros en el escenario, todos reconocidos wagnerianos, son Katarina Dalayman como la misteriosa Kundry, Peter Mattei como el malherido Amfortas, Evgeny Nikitin como el malvado Klingsor, y René Pape como el noble caballero Gurnemanz. Dirige la gran orquesta del Met Daniele Gatti.

 No te pierdas esta nueva producción de la casa de Ópera más famosa del mundo y sé parte de los cientos de miles de espectadores unidos en las transmisiones «En Vivo desde el Met de Nueva York».

BOLETOS EN TAQUILLAS DELA UDITORIO Y A TRAVÉS DEL SISTEMA TICKETMASTER.

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TICKETMASTER: 8369.9000

– Boletos desde $105 pesos
– Estudiantes: 50% presentando su credencial

Richard Wagner y “Parsifal”, su última ópera

Dr. Fernando Treviño Lozano[1].

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 VIDA DEL AUTOR

 Wilhem Richard Wagner, nació en Leipzig, Reino de Sajonia, el 22 de mayo de 1913 y murió en Venecia, Reino de Italia, el 13 de febrero de 1883. Conmemoramos pues durante este año, doscientos años de su nacimiento.

Fue, ante todo, un músico alemán de gran trascendencia, sobre todo por sus obras del género operístico; pero además se distinguió como poeta, dramaturgo, ensayista, crítico, pensador y activista político.

Vino al mundo como el noveno hijo del matrimonio de Carl Friedrich Wagner y de Johanna Paetz. Su padre falleció trágicamente seis meses después de su nacimiento. Su madre volvió a contraer nupcias el año siguiente con el actor y dramaturgo Ludwig Geyer. Fue precisamente de su padrastro que adquirió el gusto por el teatro.

Sus estudios musicales los inició en Leipzig entre 1828 y 1831. Fue durante estos años el los que obras como la Séptima y la Novena Sinfonías de Beethoven, así como la ópera “El Cazador Furtivo” de Carl María von Weber, causaron un fuerte y duradero impacto en el joven Wagner. De hecho, en su quehacer musical fue quien llevó el romanticismo temprano de compositores como los citados, a alturas insospechadas en las que la pasión y las emociones fueron el centro de gravedad de la música como arte. Además acuñó el concepto llamado “Gesamtkunswerk” u “obra de arte total”, en la que pretendía que se fusionaran todos los géneros artísticos en un solo momento y lugar. Así pues, sus óperas, más que seguir los patrones convencionales de la historia o de la época, pretendían sintetizar la música, la literatura, la danza y las artes visuales. Wagner las llamaba “Dramas Musicales”.

Durante su vida, el músico entró en contacto con la obra del filósofo alemán Arthur Schopenhauer, misma que tuvo una gran influencia en su pensamiento político y estético.

Sus ideas simpatizaban con el incipiente socialismo, así como con el antisemitismo. Fueron estos los factores que lo llevaron a cambiar frecuentemente de residencia, no solamente dentro de la aún no unificada Alemania, sino en países como Suiza y Francia. Adicionalmente, su situación financiera fue habitualmente muy precaria, por lo que era víctima constante de persecución por parte de sus acreedores. El compositor y pianista Franz Liszt, amigo de él y admirador de su obra, lo sacó frecuentemente de apuros financieros y lo ayudó en algunas de sus muchas huidas por acosamientos políticos o económicos.

A partir de 1864, Wagner entabló un fuerte lazo de amistad con el Rey Luis II de Baviera, apasionado admirador de la obra de Wagner, quien pagó sus cuantiosas deudas del momento y le construyó un teatro en la ciudad de Bayreuth. Esta obra arquitectónica fue concebida por el propio Wagner y acondicionada con todo lo necesario para representar sus óperas de la manera que él las había soñado. Hoy en día, aún se celebra anualmente en esa ciudad un festival con montaje de las obras del genial músico, mismo que es dirigido y administrado por sus descendientes.

Tres fueron las mujeres más importantes, sentimentalmente halando,  en la vida del compositor. Su primera esposa Wihelmine (Minna) Planer, fue una actriz de quien Wagner se enamoró en 1834; contrajeron nupcias en 1836, pero el matrimonio terminó en divorcio en 1862. Años antes de este fatal desenlace, alrededor de 1852, el matrimonio Wagner estuvo viviendo en una finca que les prestaba el comerciante en sedas Otto Wesendonk, admirador ferviente del músico. Mathilde, esposa de Otto, era una poetisa con quien Wagner desarrolló un tórrido romance, aunque ninguno de los dos quería poner en riesgo sus respectivos matrimonios. La obra conocida como “Las Canciones Wesendonk” son musicalizaciones de cinco poemas que Mathilde le envió a Wagner “para que éste le diera su opinión”. Fue en esta época que el músico abandonó lo que estaba haciendo para trabajar en su magnífica ópera “Tristán e Isolda”, cuyo argumento gira en torno de un amor imposible. Una carta de Wagner a Mathilde fue interceptada por Minna en 1852 y esto puso punto final al episodio.

 Concluido su romance con Mathilde y divorciado de Minna, Wagner comenzó una aventura amorosa con Cósima Liszt, hija de su amigo el pianista y esposa del director orquestal Hans von Büllow; una mujer 24 años menor que él, pero quien aún casada con von Bülow dio a luz a tres hijos de Wagner. Ante esta realidad, no quedó más remedio que el divorcio de Cósima, quien contrajo nupcias con Wagner en 1870. Ella fue su compañera hasta que el compositor falleció en 1883.

OBRAS OPERÍSTICAS

Como se mencionó anteriormente, Richard Wagner es casi exclusivamente recordado por su producción operística, ya sea como obras integrales o como fragmentos sinfónicos que aparecen en ellas, abarcando desde luego, las oberturas y preludios. Su primera ópera completa que llegó a escena fue “Las Hadas” de 1833. Le siguieron “La Prohibición de Amar” (1836); “Rienzi” (1840); “El Holandés Errante” (1841); “Tanhäuser” (1845); “Lohengrin” (1848); “Tristán e Isolda” (1859); “Los Maestros Cantores de Nuremberg” (1867); “El Anillo del Nibelungo” (1874) y “Parsifal” (1882).

Cabe hacer notar que “El Anillo del Nibelungo” es una tetralogía integrada por las siguientes obras; “El Oro del Rhin”, “La Valquiria” Sigfrido” y “El Ocaso de los Dioses”. Llevó a Wagner 26 años el componerla, ya que  inició los primeros bocetos  en 1848, pero no fue sino hasta 1874 que el ciclo completo pudo ser admirado por primera vez en Bayreuth. Esta magnífica y extraordinaria saga, no tiene parangón en la historia de la música.

OBRAS NO OPERÍSTICAS

La producción musical de Wagner suma más de cien obras, de lo que podemos deducir que además de sus óperas, existe una pléyade de composiciones que son prácticamente desconocidas o que se interpretan muy poco. Entre ellas, encontramos dos sinfonías, tres sonatas para piano, oberturas de concierto, piezas orquestales, cantatas, ciclos de canciones y arreglos de obras de otros compositores.

Sin embargo, su obra para la escena en forma de ópera es tan contundente y tuvo tal influencia en la música de su época y después de ella,  que asegura a Richard Wagner un lugar privilegiado dentro del firmamento musical.

PARSIFAL

Al igual que lo que aconteció con el ciclo de “El Anillo”, Parsifal tuvo un largo período de gestación: veinticinco años. El argumento está basado en el poema épico Parzival de Wolfram von Eschenbach, mismo que narra episodios de la vida de este Caballero de la Mesa Redonda de la corte de Rey Arturo. A él le fue encomendada la búsqueda del Santo Grial, para sanar los males que aquejaban a la Corte y al pueblo en tiempo del citado rey. Como era su costumbre, Wagner mismo escribió el libreto, una laboriosa tarea que le llevó muchos años y adicionalmente, desde luego, la música.

Los primeros bocetos los comenzó a elaborar en 1857, pero no fue sino hasta 1882 que la obra fue estrenada en el teatro Festspielhaus de Bayreuth. Durante treinta años, esta casa de ópera tuvo el monopolio de las representaciones de esta ópera, respetando deseos del propio Wagner quien no consideraba a “Parsifal” como una ópera sino como una “ceremonia”. Incluso llegó a pedir que no se aplaudiera en los intermedios, ni al final e la ópera, para respetar su carecer místico. Esta costumbre se mantuvo por muchos años.

El argumento gira alrededor de la Lanza Sagrada que atravesó el costado de Cristo en la Cruz, así como del Santo Grial del cual existen dos versiones; una que dice que se trata del cáliz que Jesús utilizó en la última cena y otra, que narra cómo un ángel recogió en esta copa la sangre que brotó del costado de Cristo crucificado. En la ópera, se usa con la segunda connotación.

 A diferencia de la mayoría de las óperas de Wagner, Parsifal no se desarrolla en torno a una historia de amor. La gran mayoría de los personajes son masculinos (Gurnemanz, Amfortas, Titurel y Kligsor) de voces graves y con partes musicales muy largas y extremadamente difíciles. El único papel femenino de importancia, la hechicera Kundry puede ser representada por una soprano o mezzo-soprano a quien la música le demanda profundas notas graves, así como poderosos agudos que hacen que sólo las más connotadas cantantes wagnerianas se atrevan a cantar. Parsifal, por su parte, es interpretado por un tenor heroico (de gran potencia vocal), cantando un papel largo y de gran intensidad, quien al final de la obra queda como guardián de la Lanza y del Grial. Adicionalmente, la ópera incluye pasajes corales masivos, interpretados por voces a las que frecuentemente se les demanda el utilizar todo el rango de sus respectivas tesituras. Finalmente, el compositor requiere de una orquesta reforzada, de grandes proporciones, especialmente en las secciones de cuerdas y metales, así como la inclusión de campanas.

Con esta creación impar, Wagner se despidió de la composición operística. A doscientos años de su nacimiento, no podemos más que admirar el trabajo de quien dedicó los mejores momentos de su vida a la creación de obras inmortales, que sin duda alguna enriquecen notablemente el patrimonio cultural da la humanidad.


[1] El autor es director del ciclo “En vivo desde el Met de Nueva York”.

Este texto fue publicado en El Norte, Monterrey, N.L.,  23 de febrero de 2013, Sección Arte pág. 4 y una porción del mismo fue publicada en la revista electrónica del Campus Cultural del ITESM. Agradezco la gentileza del Dr. Treviño para reproducirlo en Gusto por la Historia.  

En vivo desde el Met: Ópera María Estuardo de Gaetano Donizetti en el Auditorio Luis Elizondo

 

 

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Proyectarán en el Luis Elizondo ‘María Estuardo’ en vivo desde el Met

Darán lección histórica con ópera de Donizetti

 Félix Barrón

El Norte, Monterrey, N.L., 17 de enero 2013. Sección Vida pág. 8

 La rivalidad entre María Estuardo, Reina de Escocia, e Isabel I, Reina de Inglaterra,

situación que desató una serie de sucesos históricos y trágicos, es retratada en la ópera «María Estuardo», del compositor italiano Gaetano .Donizetti.

 Por primera vez la Metropolitan Opera House realiza el montaje de la obra estrenada el 30 de diciembre de 1835 en el Teatro La Scala de Milán.

Los regios podrán ver la producción en pantalla gigante de alta definición como parte del ciclo «En vivo desde el Met de Nueva York», este sábado a las 11:55 horas en el Auditorio Luis Elizondo.

«El argumento circunda a través de la histórica rivalidad que hubo entre María Estuardo de Escocia y la Reina Isabel I de Inglaterra. Es una versión ficcionalizada, pero basada en hechos reales», explica Fernando Treviño, director del ciclo que organiza Difusión Cultural del Tec de Monterrey.

 El libreto de la ópera es de Giuseppe Bardari y está basado en la tragedia del mismo nombre del dramaturgo alemán Friederich Schiller.

 La obra es parte de la «Trilogía Tudor» que escribió Donizetti sobre la Reina Isabel I, que incluye «Ana Bolena» y «Roberto Devereux».

 La riqueza musical de la pieza, explica Treviño, radica en el colorido vocal del bel canto.

«La ópera hace un énfasis muy especial en el colorido vocal y en la expresión de emociones. Está plagada de melodías lindísimas que son inolvidables. Tiene muchas arias», dice.

 El personaje de María Estuardo será interpretado por la mezzosoprano Joyce DiDonato, mientras que la soprano Elza van den Heeverla dará vida a la Reina de Inglaterra.

El rol de Leicester lo cantará el tenor Matthew Polenzani, Cecil será interpretado por el barítono Joshua Hopkins y Talbot por el bajo Matthew Rose. La orquesta será dirigida por Mauricio Benini.

 La transmisión de la ópera, cantada en italiano con subtítulos en español, tendrá una duración aproximada de 2 horas 46 minutos.

 «Es una gran oportunidad para la gente que le gusta el bel canto, ya que escuchará voces con una gran agilidad vocal», agrega Treviño.

A las 11:00 horas el director del ciclo ofrecerá una plática introductoria a la función.

En vivo desde el Met de Nueva York: Ópera «Los Troyanos» de Héctor Berlioz

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EL TECNOLÓGICO DE MONTERREY A TRAVÉS DE DIFUSIÓN CULTURAL
PRESENTA
EN VIVO DESDE EL MET DE NUEVA YORK 2012-2013
CON LA ÓPERA “LOS TROYANOS”

ELENCO

Conductor: Fabio Luisi, Casandra: Deborah Voigt, Dido: Susan Graham, Ana: Karen Cargill,Eneas: Bryan Hymel, Iopas: Eric Cutler, Corebo: Dwayne Croft, Narbal: Kwangchul Youn

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SÁBADO 12 DE ENERO 11:00 am. Señal diferida
AUDITORIO LUIS ELIZONDO

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Empleados Tec: Descuento por nómina en la compra de la temporada completa.
Alumnos: 50% de descuento en su boleto el día del evento en la sección 4 presentando su credencial

Taquilla Tel. 83 58 40 51
Ticketmaster Tel. 83 69 90 00

En vivo desde el Met: Ópera «Aída» en el Auditorio Luis Elizondo

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AÍDA

CORONANDO A “LA REINA DE LAS ÓPERAS”

Dr. Fernando Treviño Lozano

El Norte, Monterrey, N.L., 15 de diciembre 2012. Sección Arte, Pág. 4. 

LEYENDAS Y REALIDADES

 Alrededor del estreno de Aída, siempre han existido una serie de versiones que mezclan leyendas, mitos y parte de la verdad. El relato más popularizado es el que cuenta que la obra fue estrenada en El Cairo con motivo de la apertura del Canal de Suez, mismo que conecta al Mar Rojo con el Mediterráneo. A éste, le sigue el que narra que Aída fue la obra con la que abrió el Teatro de la Ópera de El Cairo.

La verdad, reside en que si bien Verdi recibió un encargo directo del Jedive del Egipto, Ismail Pachá durante 1869 para escribir una ópera sobre un tema egipcio, para que se presentara en tan trascendental evento; éste fue declinado por el compositor, quien dijo que él no escribía piezas “de ocasión”; sino sólo aquellas que brotaran en su momento de su propia inspiración. Como dato curioso, a pesar de lo anteriormente expuesto, en el Gran Teatro de El Cairo, mismo que era nuevo, mas ya había sido inaugurado, sí se presentó una ópera de Verdi con motivo de la inauguración de Canal en noviembre de 1869; pero esta fue Rigoletto, una obra que había sido estrenada en Venecia en 1851.

Sin embargo,  una serie de circunstancias, llevaron al autor a la composición de una obra que no sólo se acercó a las intenciones originales del Jedive; sino que desde su estreno se convirtió en una joya de su producción musical y en una de las más grandiosas óperas jamás compuestas.

Resulta que mientras lo antes referido sucedía, Camille Du Locle, envió a Verdi un documento de apenas cuatro páginas en el que describía un episodio, supuestamente cierto, de un hecho ocurrido en Egipto y detallado por el arqueólogo Mariette Bey. La historia de un soldado que renuncia a casarse con la hija del Faraón por amor a una esclava etíope, quien por su parte se ve en el difícil dilema de tener que elegir entre su amor al militar y el deber hacia su patria, no pudo dejar de cautivar la imaginación del compositor, quién inmediatamente comisionó un libreto a Antonio Ghislanzoni para él escribir una ópera sobre el tema.

Finalmente Verdi, profundamente inspirado y conmovido por la trama y el magnífico libreto que, con intervención del propio compositor, preparó Ghislanzoni, se puso a trabajar y fijaron la fecha para el gran estreno en El Cairo en enero de 1871.

Sin embargo, como sucedió en tantas ocasiones el la vida de Verdi, la política impidió que la producción estuviera lista para la fecha seleccionada. La guerra franco-prusiana hizo que vestuario y escenografía quedaran atrapados en París durante meses y no fue sino hasta el 24 de diciembre de 1871 que la ópera pudo ser interpretada ante un público por primera vez. La puesta en escena fue fastuosa. La corona de Amneris, hija del Faraón, era de oro puro y las armas del capitán Radamés estaban hechas de plata. El éxito fue grandioso, más el compositor no estuvo presente.

Profundamente disgustado por el hecho de que la función había sido “privada”, es decir, preparada para políticos y dignatarios, pero sin la presencia del público en general ni de críticos musicales, Verdi se negó a asistir al estreno.

Lo que en la mente del autor constituyó realmente el lanzamiento mundial de Aída fue la  puesta en escena en La Scala de Milán el ocho de febrero de 1872, escasos dos meses después de su presentación en El Cairo. En esa ocasión, Verdi fue llamado a escena treinta y dos veces entre un tumulto de aplausos y le fue entregada una pieza de marfil con los nombres de Aída y Verdi realzados en piedras preciosas.

Tras este inédito triunfo, Verdi consideró que era el momento de retirarse de la composición operística. La historia nos narra que esto no fue así. En 1887 y 1893, respectivamente, Verdi compondría Otelo y Falstaff, dos óperas con temas shakesperianos que ahora sí, coronarían su carrera como compositor de óperas.

 SÍNTESIS

En el antiguo Egipto, el país está en guerra con, e intenta conquistar a Etiopía. En una de las batallas han tomado prisionera a Aída, hija del rey etíope Amonasro y sin saber su linaje, la han hecho esclava y dama de compañía de Amneris, hija del Faraón. Ésta se encuentra enamorada del principal capitán de los ejércitos egipcios, Radamés; pero él está prendado de Aída, quien le corresponde.

 Sale Radamés a un nuevo enfrentamiento del cual regresa victorioso y con muchos prisioneros, entre los que se encuentra Amonasro. En la ceremonia triunfal en la que el capitán presenta a los cautivos, el rey etíope hace señas a su hija para que ambos guarden en secreto sus respectivas identidades. Mientras tanto, el Faraón concede la mano de su hija Amneris al capitán vencedor, ante el asombro y congoja, tanto de Aída como de Radamés.

En una emotiva escena, padre e hija se encuentran y aquel le pide que dado el obvio amor que Rademés siente por ella, obtenga información sobre las posiciones del ejército egipcio, de tal manera que él y sus compatriotas prisioneros puedan idear una ruta de escape.

Aída se ve desgarrada entre los sentimientos de lealtad a su padre y su amor por Radamés. Sin embargo, en un momento de flaqueza le arrebata el secreto al guerrero y lo revela a su padre. Al darse cuenta Radamés de lo que ha sucedido, se siente un traidor a su patria. El hecho llega a ser del conocimiento del Faraón quien manda aprehender al capitán.

 Radamés es condenado a ser enterrado vivo. En una profundamente conmovedora escena final, Radamés, ya en la tumba, se percata de que Aída se ha introducido en ella para morir con él; mientras una vengativa Amneris, acompañada del pueblo y de los sacerdotes egipcios, hacen guardia fuera del mausoleo.

MÚSICA GLORIOSA

 Tras examinar esta breve síntesis, no podemos sustraernos a las grandes posibilidades dramáticas y musicales que pudo adivinar Verdi, tras leer aquel sucinto escrito que le envió Du Locle. Desde los encuentros iniciales entre Aída y Amneris; los sueños de Radamés de algún día ser un gran guerrero y ganar la mano de la esclava etíope,  pasando por el adiós al guerrero deseándole la gloria en la batalla; el regreso triunfal del capitán; la añoranza de Aída por su patria; el encuentro del padre con su hija y el emotivo, poético y patético final, dan amplia oportunidad a que un genio de la estatura de Verdi de a luz momentos maravillosos e inolvidables como “Celeste Aída” (Aria de Radamés), “Ritorna vincitor” (Aria de Aída), la gran escena de la victoria, misma que incluye porciones de baile, aparte de la conocidísima marcha triunfal, “O patria mia”(Aria de Aída), “Pur ti riveggo mia dolce Aída” (Dúo Aída-Radamés), Già i Sacerdoti adunasi (Dúo Amneris-Radamés), así como la conmovedora y cautivante escena final “O terra addio”, sólo por mencionar algunos momentos célebres.

 Sabemos que en la primera representación de la ópera en El Cairo, Amneris utilizó una corona de oro. Esta corona, sin duda alguna, le pertenece a la obra en su totalidad. Por algo a Aída se le conoce como “La Reina de las Óperas” y ciertamente merece una corona del oro más puro y exquisito.