La Sociedad de Naciones

Con la derrota de Alemania y sus aliados en 1918 y al momento de establecer las condiciones para los tratados de paz, una preocupación central después de la experiencia de la Gran Guerra, la primera guerra total que presenció la humanidad y que tuvo un costo humano de más de 30 millones de muertos, fue la necesidad de garantizar la paz y evitar un nuevo cataclismo de esas dimensiones.

Como antecedente de un organismo internacional que dirimiera las diferencias entre naciones ya se tenían organizaciones formales como la Unión Telegráfica Internacional de 1865, la Unión Postal Universal de 1874, la Cruz Roja, la Conferencia de la Haya y su Corte permanente de Arbitraje.  Al finalizar la Primera Guerra Mundial, varios políticos y pacifistas propusieron una sociedad de naciones, idea incorporada por el presidente norteamericano Woodrow Wilson como uno de sus Catorce Puntos para alcanzar la paz y la justicia con Alemania y sus aliados.

Wilson se convirtió en el gran promotor de este organismo en las conferencias para la paz que se llevaron a cabo en Paris en 1919 y el Convenio que establecía la Liga de Naciones también se incluyó en los tratados firmados con las otras naciones derrotadas, Hungría, Austria, Bulgaria y Turquía.

El Convenio de la Liga de Naciones contaba con 26 artículos. Del 1o. al 7o. se establecía su forma de organización, con una Asamblea compuesta por representantes de todas las naciones miembros, un Consejo en el que participaban de manera permanente los grandes poderes y otros cuatro miembros no permanentes y un Secretariado.  Tanto la Asamblea como el Consejo tenían facultades para “discutir cualquier asunto en la esfera de acción de la Liga o que afectaran la paz mundial”.

Los artículos 8 y 9 reconocían la necesidad del desarme y el establecimiento de comisiones militares, el artículo 10 fue el intento de garantizar la integridad territorial y la independencia política de los miembros en el caso de una agresión y los artículos 11 al 17 establecían una Corte Permanente de Justicia Internacional para arbitrar y conciliar, así como sancionar, a los agresores. El resto de los artículos concernían a tratados, mandatos coloniales, cooperación internacional en proyectos humanitarios y las enmiendas del Convenio. Ginebra se convirtió en la sede de la organización.

Los miembros originales fueron los países victoriosos y la mayoría de los países neutrales. Estados Unidos, su gran promotor, sin embargo nunca ratificó el Tratado de Versalles ni se integró como miembro pues Wilson no fue reelecto en 1919,  lo que pronosticó la debilidad de la Liga. En los siguientes años se adhirieron Bulgaria y Austria (1920),  Hungría (1922), Alemania (1926), Turquía (1932). México se incorporó a la Liga hasta 1931 y la URSS en 1934.

Este organismo tuvo éxito en la resolución de conflictos, especialmente entre países pequeños y sin una gran tecnología bélica. Sus intentos por detener a los regímenes dictatoriales o totalitarios, sin embargo, fue un fracaso, especialmente ante las ambiciones territoriales de Japón, Italia y, especialmente, Alemania en los años 1930.

Uno de los primeros éxitos de la Sociedad fue la resolución de un conflicto limítrofe entre Suecia y Finlandia, en 1921, la garantía de la seguridad de Albania en ese mismo año, el rescate de Austria del desastre económico en 1922, la división de la Alta Silesia y la prevención del estallido de una nueva guerra en los Balcanes entre Grecia y Bulgaria en 1925. Además, la Liga brindó considerable ayuda a refugiados, contribuyó a la supresión de la trata de blancas y el tráfico del opio y realizó  investigaciones pioneras en cuestión médica, extendiendo ayuda financiera a estados empobrecidos. También promovió la cooperación internacional en cuestiones laborales.

Sin embargo no pudo evitar la guerra del Chacó entre Bolivia y Paraguay, entre 1932 y 1935 y la conferencia de Desarme en 1933 no alcanzó a frenar la militarización cuando la Alemania de Hitler abandonó a la organización. Tampoco pudo prevenir el ataque de Italia a Etiopía en 1935, la guerra civil española y la intervención de Alemania e Italia a favor de la falange, la remilitarización de Alemania en 1936, la invasión japonesa a Manchurida un año después ni la anexión de Austria al Tercer Reich en 1938.

Estos notorios fracasos fueron coronados con la  invasión alemana a  Polonia el 1º. de septiembre de 1939 con lo que estalló la Segunda Guerra Mundial.

En 1940 el Secretariado de la Liga en Ginebra se redujo a un personal mínimo y algunos servicios técnicos se trasladaron a Estados Unidos y Canadá. ,comoalia a favor de la falange ase no pudo contenerlos ni prevenir la segunda guerra ciones territoriales de Japprtunidad de deÚnicamente la Organización Mundial del Trabajo prosiguió con sus funciones. Finalmente la Liga se disolvió y sus servicios y bienes inmuebles se traspasaron, en 1946, a la naciente Organización de Naciones Unidas que la sustituyó.

La importancia de la Liga radicó en que estableció el primer esquema de una organización internacional permanente del cual se modeló en gran parte las Naciones Unidas. Sus fracasos se debieron a la indiferencia de los grandes poderes que prefirieron reservar la resolución de los asuntos más importantes conforme a sus propias necesidades así como las consideraciones por la seguridad de sus imperios. La debilidad de origen de la organización no pudo contener las ambiciones de los estados del Eje ni prevenir la Segunda Guerra Mundial. Tal parece que estuviéramos hablando de la ONU hoy en día.

 

Los puentes de Königsberg

David Toscana. México: Anagrama. 2009.

Resolver el dilema de Euler sobre los puentes de Königsberg y descubrir que el nombre de esta ciudad de Prusia Oriental significa Monte del Rey –Königsberg, el Monterrey germano- y a cuyos habitantes se les dio también el gentilicio de regiomontanos despertó la curiosidad de David Toscana quien para estructurar su nueva novela, y con los recursos que le brindó el estudio de la historia de esa ciudad así como su imaginación, urdió  distintas estrategias para correlacionar las dos urbes.

  1. La historia de Königsberg y sus calles sobrepuesta al Monterrey de los años 1960, confundiendo inicialmente al lector al darle la nomenclatura germana a calles del centro regiomontano.
  2. Los personajes regios asumiendo las identidades de los combatientes de la Batalla de Königsberg entre 1944 y 1945.
  3. La victimización de las mujeres en ambas ciudades.
  4. Andrea, la maestra de matemáticas del narrador, es el puente que enlaza con su pasión germanófila a las dos ciudades

A través de un relato con tintes surrealistas, la identidad de sus personajes se bifurca. Floro, Blasio y el Polaco, individuos marginales y decrépitos que transitan entre el alcohol, la desesperanza y la elucubración con tintes pedófilos  sobre el destino de seis niñas desaparecidas y cuyas señas aparecen en la sección de pesquisas del periódico, asumen bajo la dirección de Andrea la caracterización de los combatientes alemanes y soviéticos  de la Batalla por Königsberg.

Al asumir esas identidades y apropiarse de una historia alterna que cuenta con pasajes de valentía, traición y muerte, los patéticos personajes regios se reivindican, sus vidas grises se trastocan por gestas heroicas y de esta forma alcanzan la trascendencia.

Las historias  sobre las dos ciudades se yuxtaponen una sobre la otra, siendo el hilo conductor –otro puente- la suerte de sus mujeres tanto en Monterrey a través de la tragedia de las seis niñas desaparecidas y en Prusia Oriental la constante de sus mujeres violadas en cada episodio bélico, desde los ataques de la Horda de Oro hasta las vejaciones cometidas por los soldados soviéticos en 1945.

Estas historias sobrepuestas son una puesta en escena. Los personajes regiomontanos asumen los roles de los prusianos, lo que permite al lector un entendimiento de las dos tramas más coherente, la aparente historia real situada en el Monterrey de los años 1960 con la imaginada de la capital de Prusia Oriental en los 1940.  El hecho que uno de los personajes centrales, Floro, sea un actor venido a menos pero con sueños de papeles protagónicos enfatiza la teatralidad de la obra.

Al igual que en otras de sus obras, para David Toscana la ciudad de Monterrey y su rememoración de los escenarios de su infancia es un escenario óptimo para una buena historia.

El contexto y los personajes históricos

Königsberg

David Toscana comenta su novela.

Fuente: bobcontreras. Los Puentes de Konigsberg. En You Tube:

<www.youtube.com/watch?v=2yYb51tML9I&NR=1>

 

Proyecto arqueológico mexicano en Tierra Santa

Presenta Universidad Anáhuac proyecto arqueológico «Magdala»

Yahoo noticias México

<http://mx.news.yahoo.com/s/07122010/7/n-entertain-presenta-universidad-an-aacute-huac.html>

Autoridades de la Universidad Anáhuac Sur presentaron [el 7 de diciembre de 2010] aquí el proyecto arqueológico «Magdala», con el que se busca presentar una visión objetiva de la historia del pueblo natal de María Magdalena, lugar donde «posiblemente» Jesús vivió y anduvo prácticamente durante toda su vida pública.

En rueda de prensa, la arqueóloga y responsable del proyecto, Marcela Zapata Meza, dijo que un equipo de especialistas de esa casa de estudios trabajan en un área de tres hectáreas, sobre el terreno del futuro «Magdala Center», en Magdala, región de Galilea, Israel, para dar a conocer los usos y costumbres de las personas que lo habitaban.

La idea, indicó, es comprender la importancia económico-comercial durante el periodo conocido como el Segundo Templo [siglo I dC.]; esto a través de la identificación de unidades habitacionales, patrones de conducta, actividades, usos y costumbres, rituales domésticos y rutas de comercio, entre otras.

Recordó que el pasado 10 de septiembre de 2009, la Autoridad de Antigüedades de Israel dio a conocer el importante y sorprendente descubrimiento de los restos de una sinagoga del siglo I, durante las excavaciones sobre el terreno antes mencionado.

Según la especialista, se trata de la séptima sinagoga del siglo I y la primera, hasta el momento, de tiempos de Jesús en los alrededores del Mar de Galilea.

Agregó que el 28 de junio de 2010 esta Autoridad otorgó la licencia para la dirección del proyecto arqueológico en la zona a México, siendo la Universidad Anáhuac del Sur la institución académica responsable, en convenio con el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM y con la Autoridad de Antigüedades de Israel.

Destacó que es la primera vez que México lidera un proyecto de arqueología bíblica, en el que dijo, es considerado el mayor descubrimiento arqueológico en Israel de los últimos 50 años…

Zapata Meza refirió que en este proyecto, en el que trabajan especialistas de esa casa de estudios desde mediados del 2010, supone muy probablemente la última oportunidad de conocer a detalle la vida de las personas que vivieron durante la época de Jesús…

Destacó que desde el pasado mes de julio y hasta el 23 de noviembre, el grupo de arqueólogos mexicanos ha excavado poco más de 120 metros cuadros, divididos en cuadros de dos por dos, en los que se han registrado más de tres mil bolsas de diversos materiales, en su mayoría cerámica, pero también objetos de vidrio, de metal, de hueso y de piedra, además de alrededor de 200 monedas.

Todos estos materiales, dijo, han ayudado a fechar este conjunto habitacional para el siglo I.

Zapata Meza subrayó que la evidencia recuperada hasta ahora, ayuda a ubicar en el mismo espacio y tiempo la sinagoga descubierta el año pasado, así como las unidades habitacionales que se han excavado hasta el momento…

De acuerdo con Zapata Meza, una vez que se tenga toda la información procesada, este sitio quedará abierto al público como parque arqueológico.

Las Excavaciones en la Sinagoga del S. I en Magdala: A todos los posibles voluntarios:

El portal del proyecto es:

http://magdalaisrael.wordpress.com/author/magdalaisrael/

Reinterpretando la fiesta de Janucá

Ana Portnoy

En su conquista del mundo conocido, Alejandro Magno llegó a Jerusalén, capital del reino de Judea y bajo dominio persa. Registrada tanto en el Talmud como por Flavio Josefo, el historiador del siglo I, la historia cuenta que el rey macedonio fue  recibido por el Sumo Sacerdote por lo que la conquista de Jerusalén fue pacífica, respetando el conquistador tanto el sagrado templo como la religión y las costumbres judías. Como conmemoración, todos los primogénitos nacidos en esa época recibieron el nombre de Alejandro.

Al dividirse el imperio alejandrino a finales del siglo IV aC., Judea quedó en manos del reino ptolemáico -Egipto- durante más de un siglo. Sin embargo, en el año 198 fue conquistada por los seléucidas de Asia Menor quienes respetaron la disposición de Alejandro hasta que el rey Antíoco IV Epifanes se propuso la forzada conversión de los judíos a la religión griega erigiendo en el Templo de Jerusalén una estatua de Zeus y obligando a los sacerdotes israelitas a que le hicieran sacrificios al tiempo que prohibieron la circuncisión.

Contra estas disposiciones los Macabeos iniciaron una revuelta en el año 165 aC. que a pesar de la desventaja númerica triunfó logrando la independencia del reino de Judea. El pueblo judío conmemora con la festividad de Janucá este triunfo que restableció el culto monoteísta.

Las velas de la Janucá, un anhelo  para nuestros tiempos

 En la festividad que se lleva a cabo entre los meses de noviembre y diciembre  se utiliza un candelabro de ocho velas colocadas a la misma altura y una más alta , el Shamash, por medio de la cual se encenderán las demás recordando el milagro de un jarrito con aceite puro suficiente para iluminar el templo de Jerusalén durante un día pero que duró ocho, tiempo suficiente para elaborar más y purificar el templo. El primer día de la fiesta se enciende una vela, el segundo dos y así durante ocho días. Janucá significa reinauguración y se refiere a la nueva consagración del templo para el culto de Dios.

En los tiempos tumultuosos en los que vivimos, al encender las velas podemos darles un nuevo significado que expresen nuestro anhelo para que la luz despeje las tinieblas. De tal manera el Shamash es como un vigía, el faro que alumbrará a las otras.

La primera vela de las ocho representaría Briut, la salud, a través de la cual podemos disfrutar todos los demás dones que Dios nos concede: salud física y espiritual, salud personal y colectiva.

La segunda vela, Jerut, refiere a la libertad, agradeciendo que vivimos en un país libre en el que gozamos de libertades que otros pueblos tienen restringidas: libertad de pensamiento, libertad de asociación, libertad de cultos, libertad de expresión.

La tercera vela es Soblanut, respeto y tolerancia ante la diversidad, que nos recuerda las palabras del Benemérito de las Américas: “Entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”.

Tzdaká, ayuda al prójimo, sería la cuarta vela. ¿Qué somos, si sólo somos para nosotros? Nos enriquece más el dar que el recibir, el compartir que el exigir. Dar ayuda material, pero también dar apoyo moral.

La quinta vela es Hakarat todá, gratitud, reconociendo que no vivimos solos ni que nos podemos sostener exclusivamente por y para nosotros mismos. Agradecemos al Creador por todas sus bendiciones y a quienes nos rodean por enriquecerlas con su presencia y compañía.

Ajdut, la sexta vela implicaría unión. Bien lo dice el salmista, “Hine ma tov umanaim, shevet ajim gam yajad” -Qué buena y que agradable la unión entre los hermanos-.

Shalom –paz-, la séptima vela. Paz personal y paz universal. Que éste sea nuestro deseo en conjunto.

La última vela: Tikvá, esperanza. En estos tiempos turbulentos que ella sea la luz que nos ilumine.