¿Neomexicanismos? Arte que desafía
La referencia a Monterrey en la exposición es constante
Lourdes Zambrano.
El Norte, Monterrey N.L., 3 de febrero 2012. Sección Vida. Pág. 18. <http://www.elnorte.com/libre/online07/edicionimpresa/default.shtm?seccion=vida>
La burbuja nacionalista, el idealismo revolucionario, los íconos del cine y la bonanza que prometían los yacimientos de petróleo recién descubiertos se fueron diluyendo conforme avanzaban los 80.
«¿Neomexicanismos? Ficciones identitarias en el México de los Ochenta», escudriña todo lo que sucedió alrededor de una generación de artistas que lograron un gran éxito financiero, su ventaja y desventaja, y que encantaron allende las fronteras.
Artistas como Julio Galán, Nahum B. Zenil, Ismael Vargas, Enrique Guzmán, Dulce María Núñez, Germán Venegas, Eloy Tarcisio, y los oaxaqueños, como Francisco Toledo, fueron estrellas de los acervos privados de los coleccionistas regiomontanos, que a la vez impulsaron la apertura de Marco, en 1991.
Sus obras se caracterizaron por utilizar símbolos patrios y religiosos, típicos de la cultura mexicana, además de materiales y tonalidades del arte popular y los vestigios de las culturas indígenas.
Pero también fueron comunes los desafíos al buen gusto, que incluso hoy a la distancia, cuesta trabajo digerir.
Josefa Ortega, curadora de la muestra del Museo de Arte Moderno (MAM), indicó que la exposición cuestiona que exista una corriente neomexicanista, ya que nunca existió un manifiesto que detallara los lineamientos de trabajo.
El término se lo atribuyó la curadora a Teresa del Conde, historiadora y crítica de arte y ex directora del MAM, quien escribió sobre los «nuevos mexicanismos», que luego derivó en el término conocido.
«Es una generación que ha estado un poco estigmatizada por la crítica porque tuvo un auge comercial muy importante», expresó.
«Lo que la exposición quiere es vincularlo a su contexto, ver la cronología que recoge todos los eventos culturales, sociales, políticos que acompañaron esta producción y que le dan un sustento muy importante», agregó Ortega.
La exposición abre con la pieza «Me quiero morir», que Galán realizó en 1985, para luego desplegar los cinco ejes temáticos de la muestra: la religiosidad y el guadalupanismo, la identidad del mexicano, los símbolos nacionales, el cuerpo y la sexualidad, y la influencia de Frida Kahlo.
En el primer grupo se encuentran piezas como «Tercer Misterio», de Néstor Quiñones; «Juan Diego atrás», de Georgina Quintana;y «El corazón de América», de Juan Francisco Elso, que exploran con lenguajes muy distintos la simbología católica que predomina en el País.
«Los 80, no sólo en México sino a nivel internacional, representan el fenómeno que se llamó ‘el retorno de la pintura’, después de que en los 60 y los 70 predominó el arte conceptual», explicó Ortega.
«Y en México, además, se combina con el neoexpresionismo, que estaba muy en boga en Alemania».
Es por eso que algunas piezas, como las de Patricia Soriano, Alejandro Arango y Magali Lara, exponen los sentimientos y emociones de sus creadores, pero con un lenguaje distinto al que utilizaron Galán o Zenil, fanáticos del autorretrato, una inspiración que tomaron de Kahlo, a quien incluso incluyen en sus composiciones.
Las referencias corpóreas y de la sexualidad ocupan un lugar preponderante en el trabajo de estos mismos pintores, además de Javier de la Garza o la chilena Eugenia Vargas Pereira.
«Derivado de la práctica popular de Frida Kahlo, muchos artistas decidieron utilizar su propio cuerpo para construir identidades, ya no sólo colectivas sino también personales», indicó la curadora.
«Los 80 es una época cuando empezaba la pandemia del SIDA. Había toda esta pulsión e inquietud por construir espacios de libertades y que en aquel momento también significó dar apoyo a todas estas prácticas de la diversidad sexual».
Entre las 150 piezas que se exhiben también hay fotografía, escultura y un par de videos; varios datan de los 90.
La referencia a Monterrey en la exposición es constante, ya sea por la inclusión de piezas que fueron subastadas para financiar la apertura de Marco, como «Piedad», de Dulce María Núñez, o por ser ex consentidas de las salas de éste y otros museos locales en la década de los 90.
Los asiduos visitantes a Marco identificarán cuadros que ya habían visto en anteriores exposiciones, como «Pensando en ti», de Galán, que cierra la exposición.
Un extra que servirá para aclarar ciertas dudas al visitante es la línea de tiempo que se encuentra a la salida de la última sala, en donde describe, año por año, acontecimientos relevantes del ámbito social y cultural del País.
«¿Neomexicanismos?» se podrá visitar a partir de las 10:00 horas de hoy. El costo de entrada es de 65 y 40 pesos, para estudiantes e Inapam. Estará en salas hasta el 27 de mayo.