Viajes con Heródoto

Ryszard Kapuscinski. Barcelona: Anagrama. 2006.

Unos pocos años antes de morir en 2007, el reconocido periodista y escritor polaco, tan reconocido que obtuvo el premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades (2003) y a quien que nominó para el Premio Nobel de Literatura, Ryszard Kapuscinski publicó un libro que tal vez debió ser de los primeros de su obra y no de los últimos.

En él narra sus primeras experiencias como enviado de un diario polaco, Sztandar Mlodych, en los tiempos en que el bloque soviético se fortaleció a través del Pacto de Varsovia, época en la que se conformaba el bloque de los países no-alineados y en el que el liderazgo de la orbe socialista estaba en manos de Nikita Khrushov.

Obra autobiográfica, viaje en busca de traspasar las fronteras –no sólo territoriales sino también culturales-, encuentro con la alteridad al descubrir otras culturas, mentalidades y modelos políticos, Ryszard Kapuscinski tuvo, como Dante Alghieri en La Divina Comedia, un chaperón.

En 1955, y para su sorpresa, llevó como acompañante en sus primeras encomiendas internacionales  a India, China y después a África, a Herodoto, el padre de la historia, pues recibió como insólito regalo de la redactora en jefe del diario en el que trabajaba Los Nueve Libros de la Historia, obra escrita alrededor del año 444 aC.

En Viajes con Herodoto, el periodista entremezcla sus primeras misiones, sus lecturas de Los Nueve Libros, sus reflexiones sobre las razones de Herodoto y de las narraciones sobre los hechos en el mundo mediterráneo del siglo V aC. El griego, viajero internacional (¿podríamos decir que uno de los primeros turistas?),  casi lleva de la mano a uno de los últimos grandes viajeros de nuestra época.  Y nos topamos conque no hay novedad bajo el sol. Las grandezas y las mezquindades del hombre hace 2,500 años siguen siendo similares.

Si el entorno del autor era la Guerra Fría en la que se librando una confrontación tanto ideológica como en conflictos localizados para un reparto del planeta, Herodoto recuenta los intentos persas por conquistar al mundo conocido y la resistencia griega por preservar su libertad y su forma de vida. Fue tal vez la primera confrontación Este-Oeste, la guerra entre dos modelos civilizatorios opuestos.

Si la traducción al polaco de la obra clásica se demoró por la censura y se publicó apenas 2 años después de la muerte de Stalin, quien había llevado a cabo sanguinarias purgas que eliminar a la clase intelectual y a los oficiales del ejército soviético, Kapuscinski recuenta la recomendación de Trasibulo, gobernante de Mileto a Periandro, tirano de Corintio en el siglo V aC. de eliminar a cualquier miembro de una sociedad que llegara a destacar y pudiera opacar al gobernante: “Era, empero, de notar que no paraba entretanto Trasibulo de descabezar las espigas que entre las demás veía sobresalir, arrojándolas de sí luego de cortadas… hasta que dejó talada aquella mies, que era un primor de alta y bella…. Periandro dio al instante en el blanco… comprendiendo muy bien que con lo hecho le prevenía Trasibulo que se desembarazase de los ciudadanos más sobresalientes del Estado”.

Herodoto es maestro de Ryszard Kapuscinski. Le enseña cómo mirar al Otro, cómo indagar sobre los acontecimientos, cómo comprobar verdades y cómo recelar de interpretaciones. Es una lección en metodología y construcción del conocimiento. En una entrevista autor polaco declaró: «Siempre creí que los reporteros éramos buscadores de contextos, de las causas verdaderas que explican lo que sucede en nuestro mundo».

Con él las fronteras entre periodismo, literatura e historia se diluyen para dejarnos un testimonio de primera mano de las sociedades, en especial en África, en la última mitad del siglo XX.

Una interesante entrevista realizada en 2006 por Ramón Lobo del diario español El País se puede leer en «El sentido de la vida es cruzar fronteras»:

http://www.elpais.com/articulo/reportajes/sentido/vida/cruzar/fronteras/elpepucul/20060423elpdmgrep_2/Tes

Un comentario en “Viajes con Heródoto

  1. Kapuscinski, uno de los polacos notables que han
    trascendido nuestro mundo contemporáneo al igual que Juan Pablo II y Lech Walesa.

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