Hoy es historia: Hiroshima a 70 años

Ana Portnoy

El Norte, Monterrey N.L., a  agosto 2015. Sección Vida, Pág. 

A las 8:15 am del 6 de agosto de 1945 la primera bomba atómica estalló sobre Hiroshima. Al instante miles de sus ciudadanos murieron. Los sobrevivientes sufrieron traumas físicos y mentales perdurables por años.

Tras la rendición de Alemania tres meses antes proseguía la guerra contra Japón. Su alto mando resistía el embate norteamericano sacrificando a sus pilotos en ataques suicidas y utilizando a estudiantes de educación media como obreros en fábricas de armamento.

Desde 1942 el gobierno americano inició secretamente el proyecto Manhattan sobre fisión nuclear. En julio de 1945 las pruebas en el desierto de Nuevo México fueron exitosas por lo que sin dar a conocer qué tipo de arma se había desarrollado, el presidente Truman amenazó con utilizarla contra Japón. El emperador Hiroito y sus generales no se amedrentaron.

La bomba de Hiroshima contuvo 1 kilo de Uranio 235, el isótopo capaz de provocar una reacción nuclear. A 9,600 mts de altura sobre la ciudad el bombardero “Enola Gray” arrojó la bomba. 43 segundos después y a 600 mts sobre la ciudad ésta explotó liberando energía equivalente a 16 kilotons de dinamita. En 1/10,000 de segundo la bola de fuego alcanzó un diámetro de 28 mts y 300,000 grados celsios. Diez veces más brillante que el sol, emitió calor y radiación que se expandieron en todas direcciones. 80,000 personas murieron de inmediato en tanto que las construcciones, aún las de concreto, se desmoronaron. 30 minutos después la ciudad empezó a arder.

article-2311627-02F394F50000044D-112_638x476

En diciembre de 1945 se calculó que de 350,000 habitantes había muerto una tercera parte. Un año después las víctimas ascendían a 240,000. La radiación afectó a muchos sobrevivientes que desarrollaron leucemia y cáncer. Los estudios sobre el impacto genético continúan hasta la fecha.

Tras el ataque a Hiroshima, Estados Unidos esperaba la rendición inmediata del alto mando japonés que a pesar de la devastación decidió mantener las hostilidades, sin imaginar que habría un segundo ataque nuclear.

H21

El 9 de agosto una bomba de plutonio, con capacidad de liberar 6,000 kilotons de TNT más que la de uranio, cayó en las afueras de Nagasaki muriendo instantáneamente 40,000 personas. 6 días después Japón se rindió.

Tras la catástrofe arraigó en Hiroshima la convicción de que el hombre no puede convivir con las armas nucleares. La ciudad y su Museo Conmemorativo de la Paz promueven su eliminación así como la construcción de una comunidad mundial pacífica.

3147783_orig

Sin embargo,  el peligro persiste. India y Pakistán se amenazan con utilizarlas, Irán desarrolla un programa atómico controversial, Corea del Norte hace pruebas nucleares que provocan crisis internacionales y se teme que lleguen al poder de terroristas.

¿Acaso no aprendimos la lección?

 

Hoy es historia: Arte rupestre

Ana Portnoy

El Norte, Monterrey, N.L., a 16  julio 2015. Sección Vida, pág. 11.

Las pinturas rupestres son la primera manifestación artística considerándose las cuevas de Altamira “la Capilla Sixtina del arte cuaternario”.

Localizadas en Santander fueron descubiertas en 1868. Marcelino Sanz de Sautola, aficionado al naciente estudio prehistórico, las visitó por primera vez en 1875. En sus Breves Apuntes anotó: “Completamente desconocidas… cuando entré por primera vez fui con seguridad de los primeros que las visitaron. Ya existían las pinturas”. En su momento no les dio importancia y menos las supuso obra del hombre prehistórico. Tres años después volvió con su hija dispuesto a excavar buscando objetos de sílex y restos óseos.

A pesar de la escasa iluminación, la niña observó en el techo manchones ocres que formaban figuras de animales. Al señalárselos, Sanz se sorprendió y llegó a la conclusión que databan del tiempo en que los hombres vivieron en cavernas.

Unknown

Las representaciones eran sumamente realistas con detalles de astas y colmillos, incluyendo animales ya inexistentes en Santander como mamuts, renos y elefantes, lo que le dio más certeza sobre su antigüedad. Sin embargo sus conclusiones fueron recibidas con gran escepticismo por parte de la comunidad científica.

El descubrimiento de Altamira cambió los conceptos que se tenían de la Prehistoria. El conocimiento del hombre paleolítico dejó de ser meramente teórico y a través de las pinturas se empezó a analizar su medio ambiente, su forma de vida, sus creencias y su mentalidad. Son evidencia del despertar del hombre al mundo de la representación como medio para manifestar inquietudes y temores.

El origen de las pinturas está íntimamente ligado con principios primitivos de magia y animismo. A través de la representación de los animales y su cacería el hombre pretendía asegurar su captura pues de ella dependía su sobrevivencia. También se les ha considerado el inicio de una concepción religiosa en la forma de culto al tótem, el espíritu propicio de la tribu. Por estos dos motivos es un arte realista que muestra la sensibilidad y creatividad de hombres que habían sido considerados salvajes y violentos.

En México se han hallado pinturas rupestres en Baja California y en Tamaulipas. En Nuevo León se han encontrado milenarios grabados en piedra en Parás, García y Mina, evidencia de antiguos cazadores y recolectores seminómadas. En Boca de Potrerillos, a 60 kms al noreste de Monterrey hay más de 3000 petroglifos hechos hace 8 mil años.

El arte rupestre es la primera manifestación de pensamiento abstracto del Homo Sapiens. Su majestuosidad y realismo siguen impresionándonos. Como todo lo producido por el hombre, el arte es también fuente de la historia.

Hoy es historia: El sueño del Archiduque

Ana Portnoy

El Norte, Monterrey N.L., a   de junio 2015. Sección Vida. Pág. 11

Maximiliano, emperador de México, fue fusilado en el Cerro de las Campanas en junio de 1867.

Tras 40 años de inestabilidad política, asonadas, caudillismo, pérdida de la mitad del territorio y una deuda externa imposible de pagar, los monarquistas mexicanos consideraron que al país solamente lo salvaría un príncipe educado desde la cuna para gobernar.

En Eugenia de Montijo, esposa del emperador francés Napoleón III, encontraron un oído atento. Para ella un monarca católico en México frenaría las ambiciones del protestante Estados Unidos. Para su esposo, era la oportunidad de cobrar el adeudo y establecer un dominio colonial en América. Su candidato fue el archiduque austríaco, quien por su idealismo era el hermano incómodo del emperador Francisco José.

Maximiliano se pensó salvador de su futura nueva patria pretendiendo gobernar “el tiempo preciso para crear un orden regular y establecer instituciones…”. Su esposa Carlota sería emperatriz y no una princesa más, teniendo la misión de civilizar un pueblo considerado indómito.

Para la Iglesia, el imperio implicaba la recuperación de los privilegios arrebatados por las Leyes de Reforma y para los conservadores significaba la derrota de Juárez y la posibilidad de ser nobleza y corte imperial.

La coyuntura que permitió la intervención francesa fue la Guerra de Secesión norteamericana, 1861-1865, que impedía al poderoso vecino del Norte aplicar la Doctrina Monroe.

Nadie tomó en serio el compromiso del archiduque con el liberalismo.

Antes de desembarcar en Veracruz en mayo de 1864 Maximiliano intentó convencer a Juárez de que participara en su gobierno. El presidente rechazó colaborar con él, tachándolo de ambicioso, falto de honor y de ser agente de Napoleón III, asegurando que su deber era defender la soberanía nacional.

Ya en México, Maximiliano consideró a los indígenas como los primeros ciudadanos del país, promovió la tolerancia de cultos y no revocó las Leyes de Reforma. Por supuesto que se enemistó con la Iglesia y con los conservadores. Dos años después y sin lograr sus objetivos, Napoleón III le retiró el apoyo militar abandonándolo a su suerte. En Europa, buscando un respaldo que no encontró, Carlota enloqueció.

En mayo de 1867 y tras resistir 71 días el sitio de Querétaro con la poca tropa que le era leal, el emperador fue traicionado por su compadre Miguel López. Tras ser juzgado y a pesar de las peticiones de clemencia de las cortes europeas y del gobierno norteamericano, Maximiliano y los generales Tomás Mejía y Miguel Miramón –expresidente de México- fueron fusilados. Antes de morir dijo ”que mi muerte sirva para la nación y de una vez gane la paz y el entendimiento entre los mexicanos”.

Así terminó la aventura mexicana de un príncipe liberal.

Hoy es historia: Página negra

Ana Portnoy

El Norte, Monterrey N.L., a  18 de mayo 2015. Sección Vida, pág. 9.

Desde 1876 el gobierno porfiriano promovió la inmigración china a México, considerada una fuerza de trabajo laboriosa y barata, para desarrollar sobre todo las costas del Pacífico. Entre 1902 y 1910 llegaron 30,000 chinos que trabajaron en la construcción de vías férreas, en minas y haciendas, inclusive las henequeneras en Yucatán. Frugales y ahorrativos, paulatinamente dejaron los trabajos originales y se dedicaron al cultivo de hortalizas, a la fabricación de ropa y de calzado, convirtiéndose muchos en exitosos empresarios, provocando el encono de sus competidores.

De motor de progreso económico, con la supuesta ciencia racial derivada del darwinismo social –superioridad de unas razas e inferioridad de otras- se empezó a ver a la inmigración asiática como un elemento pernicioso. La campaña en su contra iniciada desde 1906 estalló violentamente con la Revolución.

El 15 de mayo de 1911 al tomar Torreón, las tropas maderistas atacaron a los habitantes chinos, despojándolos de dinero, monturas y herramientas, asaltando el banco Wah Yick y asesinando a todos sus empleados. En la masacre murieron 303 chinos. Delfino Ríos, testigo presencial, anotó: “Las calles… estaban cubiertas de cadáveres… La consternación en que quedó la ciudad es indescriptible, no hay palabras con que expresarla”. La violencia se extendió a otras ciudades, incluyendo Monterrey.

La construcción de la identidad mexicana posrevolucionaria exaltó al glorioso pasado indígena y a la raza de bronce como la síntesis cósmica que construiría una nueva civilización. La xenofobia antichina acusó a los chinos de toda clase de vicios y perversiones, supuestos portadores de “asquerosas y milenarias enfermedades”, siendo obligación de los mexicanos patriotas “sanear al país de ese grave peligro” que supuestamente corrompía al organismo de la raza mexicana. De la marginación y persecución no se salvaron siquiera los que tenían la nacionalidad mexicana.

A pesar de las violaciones a las garantías individuales constitucionales, la campaña en su contra fue fomentada por los mismos gobiernos locales y estatales especialmente en Sonora y Sinaloa, con total indiferencia del gobierno federal y del Congreso de la Unión. En 1923 se aprobó la legislación que prohibió el matrimonio de chinos con mexicanas, aumentó la discriminación y la agresión física, obligando en muchos poblados a su segregación física en barrios alejados. El objetivo era expulsarlos definitivamente del país, ya fuera repatriándolos a China u obligándolos a cruzar la frontera con Estados Unidos. Muchos huyeron del país.

Éste es uno de los episodios más vergonzante y menos conocidos en México, una página negra de nuestra historia.

Hoy es historia: Día del Niño

Ana Portnoy

El Norte, Monterrey N.L.,  30 abril 2015. Sección Vida. Pág. 15.

 Considerar a la infancia una etapa especial fue una idea novedosa en el siglo 19. Por milenios no se consideró que los niños tenían necesidades distintas al adulto y que debían ser protegidos.

En Esparta los infantes con discapacidades eran arrojados del Monte Taigeto, y el padre romano podía vender o matar a sus hijos. Cientos de bebés fueron abandonados y si no eran recogidos para crecer como esclavos morían de hambre.

La Edad Media los consideró adultos pequeños, bocas que alimentar con obligaciones que cumplir. La industrialización incorporó a miles en fábricas, víctimas de explotación y malos tratos. Apenas en el siglo 18 el empleo de mano de obra infantil empezó a considerarse un problema social.

Francia en 1841 promulgó leyes para protegerlos en los lugares de trabajo y en 1881 garantizó su derecho a la educación. Estas ideas innovadoras se extendieron en Europa y en 1924 la Liga de Naciones promulgó la Declaración de Ginebra sobre los Derechos del Niño.

En 1954 la ONU instauró el Día Universal del Niño para promover su bienestar. La Declaración de los Derechos del Niño se aprobó en 1959 y en 1989 se estableció la Convención que obliga a todos los países miembros a proteger a la niñez para su desarrollo pleno con libertad y dignidad. Los 10 artículos establecen sus derechos que son: a la igualdad, sin distinción de raza, religión, idioma, nacionalidad, sexo; a una protección especial para el desarrollo físico, mental y social; a un nombre y a nacionalidad desde su nacimiento; a alimentación, vivienda y atención médica adecuadas; a educación y a un trato especial para aquellos que sufren discapacidad; a la comprensión y al amor de los padres y de la sociedad; a actividades recreativas y a educación gratuita; a estar entre los primeros en recibir ayuda en cualquier circunstancia; a la protección contra el abandono, crueldad y explotación; y a ser criados con espíritu de comprensión, tolerancia y amistad.

Aunque gobiernos y organismos internacionales se han propuesto erradicar el trabajo infantil y garantizar seguridad y protección de la niñez, en países con altos índice de pobreza son explotados y utilizados como fuerza de trabajo, mano de obra esclava u objeto de comercio sexual en tanto cientos de niñas en matrimonios arreglados son violadas, maltratadas e incluso asesinadas.

Desde el año 2000 el trabajo infantil en México se ha incrementado. 3,270,000 niños desempeñaban una actividad laboral a inicios del 2012 a pesar de que el Artículo 123 prohíbe el trabajo a menores de 14 años y de las diversas iniciativas para garantizar los derechos que los deberían proteger.

De más está decir que miles de niños no festejan su día.

Hoy es historia: Migración, un fenómeno global

Ana Portnoy

El Norte, Monterrey N.L., 27 de febrero 2015. Sección Vida,  pág.  12

Una álgida cuestión en la agenda mexicano-norteamericana es la migración ilegal. El fenómeno de los “mojados” inició en 1955 al revocarse los tratados que regularon el trabajo temporal de mexicanos. Estados Unidos ha intentado detenerlos, infructuosamente, con muros limítrofes, iniciativas de ley que los considera delincuentes y patrullas antiinmigrantes que armadas vigilan la frontera. Por ello las medidas para legalizar a 5 millones de indocumentados anunciadas por Barak Obama en noviembre, y obstruida por un juez federal de Texas este mes, pueden llegar a ser el principal ajuste a la política migratoria norteamericana en décadas.

Buscar mejores condiciones de vida es una constante en la historia de la humanidad: el hombre primitivo migraba tras los animales que cazaba, la necesidad de tierras cultivables llevó a oleadas de Asia a Europa en la Antigüedad y las riquezas americanas atrajeron a miles en los siglos XVI y XVII.

En el siglo XIX el desempleo y las convulsiones políticas llevaron a una masiva emigración europea a los países de Hemisferio occidental y a las colonias de ultramar. Tierra de promisión económica y de libertad individual, Estados Unidos atrajo a 35 millones entre 1842 y 1917.

Tras las guerras mundiales y el nacionalismo radical en el siglo XX millares de personas se vieron forzadas a buscar nuevos horizontes como sigue sucediendo hoy día en escenarios bélicos como la guerra civil siria o el avance del Estado Islámico-.

Sin embargo, el siglo XXI presencia un fenómeno a la inversa: los países desarrollados atraen a miles de migrantes que sin importar riesgos e ilegalidad y sujetos a maltrato, discriminación y explotación buscan mejores condiciones de vida. Miles de africanos saltan las mallas ciclónicas en Ceuta y Melilla y cruzan el Mediterráneo para pasar ilegalmente a Europa, Israel y Arabia Saudita; chinos llegan sin papeles a Rusia; vietnamitas a China; indonesios a Malasia; malayos a Singapur; filipinos a Taiwán; y de Bangla-Desh cientos llegan a India.

A su vez los países receptores enfrentan presión sobre sus modelos políticos, económicos y sociales al tiempo que los partidos xenófobos se radicalizan. Los atentados fundamentalistas islámicos contra las libertades ciudadanas de las democracias europeas –Francia y Dinamarca recientemente- agravan la confrontación sobre la inmigración.

Así, la migración ilegal no es un asunto reciente y limitado a las relaciones de México con Estados Unidos, es un fenómeno global generalizado y permanente que exige políticas y estrategias nacionales y supranacionales con nuevos enfoques de colaboración internacional que no se pueden ignorar.

Hoy es historia: Auschwitz

Ana Portnoy

El Norte. Monterrey N.L., 22 de enero 2015. Sección Vida, pág. 7.

“…Esos poetas infernales,

Dante, Blake, Rimbaud

Que hablen más bajo

¡Que se callen!

Hoy

cualquier habitante de la tierra

sabe mucho más del infierno

que esos tres poetas juntos.

Ya sé que Dante toca muy bien el violín

¡Oh, el gran virtuoso!

Pero que no pretenda ahora

con sus tercetos maravillosos

y sus endecasílabos perfectos

asustar a ese niño judío

que está ahí, desgajado de sus padres

Y solo.

¡Solo!

Aguardando su turno

en los hornos crematorios de Auschwitz”

León Felipe[1]

 El 27 de enero, justo hace 70 años, el ejército soviético liberó Auschwitz, topándose con escenas espeluznantes. La industria de la muerte nazi se propuso eliminar a millones de personas: judíos, eslavos, gitanos, Testigos de Jehová, comunistas, disidentes políticos, homosexuales, discapacitados y prisioneros de guerra, trasladados como ganado a los campos de concentración con el argumento que se dirigían a campos de trabajo. En Auschwitz el letrero Arbeit macht frei -el trabajo os hará libres- permanece aún.

Una primera selección se hacía al bajar del tren de carga, separando a hombres de ancianos, mujeres y niños. Quiénes aptos para el trabajo forzado y quiénes enviados directo a la cámara de gas, sus cuerpos cremados en hornos construidos ex-profeso.

Mal alimentados, mal vestidos para las gélidas temperaturas, sin atención médica y maltratados continuamente, los presos desempeñaron trabajos a beneficio del ejército alemán. Cualquier indisciplina se castigó con la muerte.

Entre mayo de 1940 y enero de 1945 en Auschwitz fueron asesinadas 1,100,000 personas. Ahí el Dr. Mengele hizo experimentos de antropología y herencia genética siendo los prisioneros sus conejillos de Indias. La mayoría murió y los sobrevivientes resultaron incapacitados o desfigurados por la tortura médica.

Al acercarse el ejército rojo, los nazis pretendieron borrar toda evidencia, quemaron archivos e iniciaron con marchas forzadas la retirada del campo con los reos. Miles de personas más murieron en el camino.

En los países ocupados por Alemania hubo cerca de 42,500 ghettos, campos de detención, trabajo, concentración y/o exterminio donde murieron más de once millones de seres humanos entre los 50 millones de muertos en la guerra. El complejo Auschwitz-Birkenau fue el mayor campo de exterminio.

Patrimonio de la Humanidad desde 1979, Auschwitz es uno de los sitios de mayor simbolismo no solo del Holocausto judío, sino de los extremos a los que puede llevar la violación de los derechos humanos y la intolerancia contra el Otro.

El 1 de noviembre de 2005 la Organización de Nacicones Unidas, a través de la resolución 60/7, designó el 27 de enero como Día Internacional de la Memoria de la Víctimas del Holocausto como «un recuerdo de las lecciones universales del Holocausto, un mal único el cual no puede simplemente ser delegado al pasado y olvidarse».

[1] Poeta español exilado en México, fue el agregado cultural de la Embajada Española en el Exilio en nuestro país.

 

Hoy es historia: Fiestas de luz

Ana Portnoy

El Norte, Monterrey, N.L.,  16 de diciembre 2014, Sección Vida. Pág. 15.

El invierno ha sido un período de angustia e incertidumbre para los hombres desde los tiempos más remotos. El frío, la nieve, la oscuridad y la carestía de alimento se concibieron como un anticipo de la muerte por lo que, con la esperanza del pronto retorno de la luz y la regeneración de la naturaleza, empezaron a llevar a cabo conmemoraciones en las que el fuego y la comunión con el prójimo fueron los motivos centrales ante la cercanía del solsticio, la noche más larga. Fueron festividades que elevaban el ánimo, mitigaban la melancolía y congregaban a los miembros del grupo alrededor del calor de una fogata. Desde entonces, nociones de nacimiento y renacimiento, el reinicio del ciclo agrícola, nuevos comienzos, reinauguraciones o ritos de purificación han acompañado las fiestas invernales.

Muchas han sido las culturas que desarrollaron fiestas para el sol, como un ritual para asegurar su pronto retorno. Incluso en las culturas modernas estas fiestas conservan su importancia porque representan alegría y esperanza en el momento más oscuro del año. En muchas de ellas se dan regalos especialmente a los niños, que esperan ilusionados la llegada del invierno.

Muchas culturas festejaron en invierno al Sol para asegurar su pronto retorno. Los incas ritualmente lo ataban para que no abandonara a los hombres; en Persia el solsticio representó su triunfo sobre la oscuridad a través del dios del bien Ahura Mazda sobre el demonio Ahriman;  para los antiguos romanos las velas de las Saturnalias simbolizaron la búsqueda del conocimiento, la verdad y la renovación de la luz, conmemorando el 25 de diciembre el nacimiento del Sol Invicto. En China se cree que el yang –todo lo positivo- es más abundante después del solsticio y durante 2,500 años han celebrado con ofrendas al cielo y a los antepasados. Para el hinduismo el festival de las luces Diwali significa el triunfo de la luz sobre la obscuridad, del conocimiento sobre la ignorancia, del bien sobre el mal y de la esperanza sobre el despecho. Según los pueblos mesoamericanos, en el solsticio de invierno nació Quetzalcóatl quien enseñó la vida civilizada a los ancestros.

Conforme a estas tradiciones invernales el pueblo judío festeja Janucá, la victoria de los Macabeos y la purificación del Templo en Jerusalén, profanado por Antíoco IV Epifanes al pretender la forzada conversión de los israelitas a la religión griega.

En México la epifanía de la Virgen de Guadalupe representa la victoria de la luz sobre las tinieblas y a partir de ese 12 de diciembre de 1531 empieza la construcción de la identidad mexicana. Con la quema de la candelilla en la víspera, en Higueras N.L. se anticipa la revelación de María al indiecito Juan Diego.

Justamente en el solsticio de invierno, la Navidad festeja el  nacimiento de Jesús. Todo los motivos que adornan los hogares cristianos son referencias a la luz: luces de bengala, fuegos pirotécnicos, velas y esferas que en el pino reflejan luminosidad y alegría.

El mensaje de todos los festejos es esperanzador: que la luz ilumine a todos los hombres. ¡Felices fiestas y los mejores deseos!

Hoy es historia: De armas tomar

Ana Portnoy

El Norte, Monterrey, N.L., 18 de noviembre 2014. Sección Vida,  pág. 13. 

  De la participación de la mujer en la Revolución Mexicana, pensamos solo en las “adelitas” y las soldaderas, aunque también hubo intelectuales, periodistas y maestras de las que los estudios de género, como el de Francesca Gargallo[1], han recuperado sus historias así como los medios que difundieron sus ideas desde el Porfiriato: “Las Violetas del Anáhuac” promovió el sufragio y la educación femenina, en tanto que exigencias de igualdad de derechos para las mujeres se publicaron en “El Album de la mujer”, “La Mujer Mexicana” y “El Hogar mexicano”.

  A pesar de los valores porfirianos que restringían a las mujeres al hogar, al matrimonio y la maternidad, las primeras profesionistas ejercieron la medicina -Matilde Montoya, Guadalupe Sánchez, Columba Rivera y Soledad Régules- y la abogacía -María Asunción Sandoval de Zarco y Josefina Arce-. Otras fueron periodistas, como Andrea Villarreal quien colaboró con el diario magonista “Regeneración” y fundó “La Mujer Moderna”, órgano del “Club Liberal Leona Vicario”, mientras Juana Belén Gutiérrez de Mendoza publicó vehementes artículos contra la dictadura en “Vesper”.

  Iniciando la revolución, la conciencia de la explotación femenina hizo que muchas apoyaran la causa maderista reclamando democracia, libertad, equidad y derechos políticos. La poeta Dolores Jiménez y Muro redactó el Prólogo al Plan de Ayala de Zapata y Hermila Galindo, secretaria y asesora política de Venustiano Carranza, propuso en el Congreso Constituyente de 1916 otorgar el voto a la mujer.

  En los años de la guerra civil miles de mujeres se ocuparon de la producción agrícola, del comercio y del sostenimiento de sus familias, resolviendo las necesidades de los soldados de todos los bandos. Al reconocer su propia capacidad económica, política e inclusive militar, muchas demandas se radicalizaron. Ochenta mujeres participaron en 1916 en dos Congresos Feministas en Yucatán proponiendo el derecho femenino a la educación laica y de fácil acceso, al trabajo y a la plena ciudadanía así como equidad en todos los ámbitos. Se declaró que “la mujer del porvenir [puede] desempeñar cualquier cargo público… pues no habiendo diferencia alguna entre su estado intelectual y el del hombre, es tan capaz como éste de ser elemento dirigente de la sociedad”.

  Sin embargo, la Constitución de 1917 no concedió derechos políticos a las mujeres al considerar los constituyentes que éstas, restringidas al hogar y a la familia, no tenían la conciencia política necesaria para no dejarse manipular por sacerdotes y conservadores. Tuvieron que transcurrir 36 años para que se otorgara durante el gobierno de Ruiz Cortines el derecho al voto a las mexicanas.

[1] “Las mujeres en la Revolución Mexicana, un acercamiento a una participación que no se estudia”.<http://francescagargallo.wordpress.com/ensayos/feminismo/feminismo-filosofia/las-mujeres-en-la-revolucion-mexicana-un-acercamiento-a-una-participacion-que-no-se-estudia/&gt;

All Hallows Eve

Ana Portnoy

El Norte, Monterrey N.L., 31 de octubre 2014. Sección Vida, pág. 19.

Desde que el hombre cobró conciencia de su mortalidad ésta ha sido motivo de angustia, temor y reverencia. En festejos encontramos evidencias de creencias, ritos y costumbres muy antiguos que intentaban dar sentido al misterio de la muerte.

Para los celtas, el primer día de noviembre marcaba el final y el principio del año. Por el invierno los rebaños tenían que ser resguardados y la última cosecha recolectada. Esa fecha era su conmemoración más importante pues creían que las almas de quienes habían muerto ese año participarían por última vez en un festejo con los vivos antes de partir definitivamente al inframundo.

La festividad se transformó en la víspera del Día de Todos los Santos (All Hallows Eve) en el siglo VII cuando el Papa Gregorio I recomendó que al cristianizar a los pueblos paganos se aprovecharan sus prácticas ancestrales. Por su énfasis en lo sobrenatural las creencias celtas del inframundo se identificaron con el infierno y los espíritus con brujas y demonios. Con disfraces y ofrendas se prevendría que causaran daño, lo que actualmente en Halloween se expresa en un festejo de chicos y grandes en las calles, con vestimentas horríficas y la amenaza de “dulce o travesura”

En México se ha conservado un culto a la muerte que define nuestra identidad cultural. Los orígenes de la celebración del Día de Muertos son anteriores a la llegada de los conquistadores españoles, pues hay evidencias de festejos a la muerte entre mexicas, mayas, purépechas y totonacas. Los rituales que recuerdan a los ancestros se han practicado en el país por lo menos desde hace tres mil años. El festival que se convirtió en el Día de Muertos se celebraban durante el verano y era presidido por Mictecacíhuatl, la “Dama de la Muerte” esposa de Mictlantecuhtli, Señor de la Tierra de los Muertos. Las festividades conmemoraban la vida de los parientes fallecidos y de los niños que habían muerto en la infancia.

El festival prehispánico se conjugó con días de los Fieles Difuntos y Todos los Santos y en un proceso de sincretismo religioso poco a poco se fueron incluyendo elementos de la nueva religión -rosarios, crucifijos e imágenes sacras- con rituales y costumbres prehispánicos –arcos, papel picado, ofrendas de alimentos y bebida- dando un carácter netamente mexicano a la festividad.

El Día de Muertos ha sido reconocido por la UNESCO  como “Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad”.