Fernando Treviño Lozano*
Mayo de 2014
MACBETH DE GIUSEPPE VERDI. OCTUBRE 11 DE 2014.
Comienza el Metrpolitan Opera de Nueva York su temporada 2014-2015, rindiendo un justo homenaje a William Shakespeare en el 450 aniversario de su natalicio.
Aunque muchos son los compositores que han encontrado inspiración en este inmortal poeta y dramaturgo, ninguno lo ha hecho con la maestría con la que Giuseppe Verdi realizó sus tres óperas Shakesperianas: Macbeth, Othello y Falstaff. Las dos últimas, constituyen el par de obras con las que Verdi cerró su producción de obras para la escena; mientras que la primera, Macbeth, corresponde a los años finales de su producción temprana. Verdi tenía sólo treintaicuatro años cuando estrenó esta obra maestra en la que ya se visualizaban las nuevas ideas que resonaban en la mente del músico, principalmente el hecho de ir paulatinamente retirándose del belcanto para entrar en una era en la que la agilidad y colorido vocal, dieran paso a la emotividad y a una forma de interpretación más cercana al canto declamado, aunque ello no impediría a Verdi la creación de bellas y motivas melodías.
Verdi tomó la acertada decisión de que el libreto estuviere lo más apegado posible a la trama original. El efecto es que el centro de los personajes es la malvada Lady Macbeth, quien cegada por la ambición, conspira con su esposo, un general (Macbeth), para asesinar al Rey y así subir ambos al trono de Escocia. La inclusión de tres brujas pitonisas, quienes atormentan al débil Macbeth por el regicidio, la debilidad emocional del general y la desmedida ambición de Lady Macbeth, son los ingredientes perfectos para llevar la ópera a una dramática conclusión.
LAS BODAS DE FÍGARO DE WOLFGANG AMADEUS MOZART. OCTUBRE 18 DE 2014.
La fuente de inspiración para el argumento de esta magnífica ópera cómica, fue la segunda obra teatral de la trilogía del genial dramaturgo francés Pierre-Augustin Caron deBeaumarchais, misma que también incluye El Barbero de Sevilla (llevada al mundo de la ópera años después por Rossini y Paisiello), y La Madre Culpable.
Asimismo, representó la primera de tres colaboraciones entre Mozart y el escritor Lorenzo de Ponte, quien fungió como libretista. Estrenada un Viena en 1786, alcanzó un éxito y popularidad inmediatos, al grado que según consta en una carta que el compositor envió a su padre, “¡…la gente silba las melodías de la ópera en las calles de Praga!” cuando él paseaba por las calles de la ciudad, durante un viaje que realizó a esa ciudad.
El argumento nos narra la historia del Conde de Almaviva quien, a pesar de ser casado, no dejaba de tratar de seducir a integrantes femeninos de su servidumbre, entre los que se encontraba Susana, prometida en casamiento a Fígaro. Por su parte, el page Cherubino, un jovencito enamorado de la Condesa de Almaviva, no cesaba de hacer de las suyas para conquistarla. La cantidad de situaciones cómicas, enredos provocados por identidades confundidas, combinadas con tiernos momentos amorosos y nostálgicos, mantiene la atención del espectador durante la totalidad de la obra. Además, Mozart vertió en cada aria, en cada escena, en cada ensamble, música maravillosa y difícil de olvidar. Desde la chispeante Obertura, pasando por conocidos número individuales de los diversos personajes, hasta el septeto que cierra el Acto Segundo, el dúo de la carta del Acto Tercero y el festivo final, no cesan las maravillosas melodías de asombrar a quienes las escuchen. No en vano, esta obra es considerada una de las tres más grandes comedias en la historia de la ópera.
CARMEN DE GEORGES BIZET. NOVIEMBRE 1° DE 2014.
Mucho se ha dicho que la muerte de Bizet, ocurrida tan sólo unos meses después del sonado fracaso que fue el estreno de esta ópera en 1875, fue precipitada por este hecho. El compositor sentía, sabía que había puesto lo más granado de su inspiración en cada nota de la partitura; pero factores como el hecho de que el argumento se desarrolla en España (siendo Carmen una ópera francesa), la falta de refinamiento de los personajes y otros factores totalmente extra-musicales, contribuyeron a esta triste situación. Bizet murió pues, sin recibir el reconocimiento por haber compuesto una de las óperas más queridas y populares de la historia, una triste realidad que desafortunadamente ocurre muy frecuentemente en el mundo del Arte.
Carmen, quien labora en una fábrica de cigarros, es un personaje maravillosamente delineado en la música inspirada en un libreto de Melihac y Halévy, basado a su vez en una novela de Próspero Merimée. Esta clásica “mujer fatal” ejerce un embrujo irresistible sobre Don José, un soldado estacionado en Sevilla. La fuerte personalidad de Carmen, contrasta con la ternura de Micaela quien a su vez, está enamorada del militar. Es impresionante ver cómo la vida de Don José es destrozada por el amor que le inspira la cigarrera, quien después de seducirlo, lo abandona por el torero Escamillo. La desesperación del soldado al verse hecho a un lado, lo lleva a asesinar a Carmen quien tras una vida tan disipada, llama ella misma a su trágico destino. La partitura musical es de una factura tan perfecta que ha hecho que sea universalmente conocida. Si no es la Habanera, es la Canción Bohemia, el Aria de la Flor, la Marcha de los Toreadores y otros muchos momentos inolvidables los que nos llevan a pensar que no hay quien sea ajeno a al menos un momento musical de esta monumental piedra angular del arte lírico.
LA MUERTE DE KLINGHOFFER DE JOHN ADAMS. NOVIEMBRE 15 DE 2014.
Una vez más, tras la creación de Nixon en China en la década de los ochenta, John Adams y el productor Peter Sellars se embarcan en la creación de una ópera basada en hechos reales de naturaleza histórico-políticos.
Fue estrenada el 19 de marzo de 1991 en el Teatro Real de la Moneda en Bruselas por la Orquesta de la Ópera de Lyon y el coro dela Ópera de Londres bajo la dirección de Kent Nagano. La ópera se basa en el secuestro del crucero Achille Lauro por el Frente de Liberación de Palestina en 1985, y el posterior asesinato del pasajero judeo-estadounidense León Klinghoffer.
La obra ha suscitado a través del tiempo, considerables críticas, más que todo por el argumento. Algunos la han tachado de anti-semítica; mientras que las hijas de Klinghoffer quienes asistieron al estreno de manera incógnita, declararon que el argumento no se apegaba a la realidad de los hechos.
La música es a todas luces minimalista, al estilo de Philipp Glass y Steve Reich, quienes junto con Adams constituyen el triunvirato que popularizó este estilo musical. Toda una experiencia de lo que está sucediendo con la ópera en años recientes.
LOS MAESTROS CANTORES DE NÜRENMBERG DE RICHARD WAGNER. DICIEMBRE 13 DE 2014.
Esta obra, ocupa un lugar muy especial en la producción wagneriana. En primer término, es la única comedia de sus obras maduras y en segundo constituye, junto con Rienzi, las únicas obras que tienen lugar en un lugar y época precisos, en lugar de las grandes óperas basadas en tiempos mitológicos o inmemoriales.
Los trovadores de la Edad Media habían ya desaparecido y es pues durante el Renacimiento, era en la que se desarrolla la trama, que nacen grupos de cantores que iban escalando puestos en la sociedad musical, dependiendo de sus estudios y habilidades.
Uno de los personajes centrales, Hans Sachs, fue de hecho un personaje histórico que ejerció gran influencia dentro de estas asociaciones de maestros cantores.
A través de un concurso de canto, se enfrentan dos escuelas: la liberal que preconizaba la visión del futuro y el dar la bienvenida a los avances que acontecían, contra la conservadora que ponderaba el resguardo de los valores del pasado.
Aunque Wagner comenzó a trabajar en esta obra en 1845, no fue sino hasta veintidós años después, en 1867 que la concluyó. Pero su factura es tan fina que llevó al gran político y músico Ignaz Jean Padrewsky a decir que Los Maestros Cantores era “el producto más perfecto de la actividad humana en cualquier campo”.
LA VIUDA ALEGRE DE FRANZ LEHAR. ENERO 17 DE 2015.
El Metropolitan Opera nos presenta ahora una faceta en la que preserva y promueve obras de llamado género ligero: La Opereta. Esta forma del arte lírico, está constituido por obras con argumentos alegres y entretenidos, en las que las arias, dúos, ensambles y coros, están unidos por diálogo hablado para el desarrollo de la historia, a la manera del Singspiel alemán. En el repertorio de las grandes casas de ópera del mundo existen obras favoritas del público como El Murciélago, El Barón Gitano, El Conde de Luxemburgo, Orfeo en los Infiernos y desde luego, La Viuda Alegre.
La obra fue estrenada con gran éxito en 1905 y cuenta la historia de Hanna, una codiciada viuda del mítico país de Ponteverde, cuyos depósitos bancarios constituyen prácticamente la totalidad de las reservas monetarias de la nación. Un gran temor cunde en la población y en la clase política del país de que Hanna contraiga matrimonio con un extranjero y al transferir su fortuna fuera de Ponteverde, deje al país en quiebra. La opereta tiene, desde luego, un final feliz, no sin antes deleitarnos con maravillosas melodías, una escena en el legendario restaurante Maxim´s de París y de dejarnos prendados de la obra a través de su exquisito y bien conocido vals.
LOS CUENTOS DE HOFFMANN DE JACQUES OFFENBACH. ENERO 31 DE 2015.
Ópera fantástica en tres actos, un prólogo y un epílogo, cuyo personaje central, el cuentista, abogado, crítico literario y caricaturista Ernst Theodore Amadeus Hoffmann, es un personaje de la vida real que ejerció considerable influencia en el movimiento romántico alemán del Siglo XIX. Sin embargo, los tres actos están basados en cuentos escritos por él El Hombre de Aserrín, Aventura de Año Nuevo y El Concejal Crespel. Cada uno de esos actos está dedicado a narrar la historia de tres mujeres de quienes supuestamente Hoffmann estuvo enamorado: Olympia, Stella y Antonia, así como el trágico final de cada uno de esos amores. Cada una de ellas es un personaje tan distinto, tanto en su aspecto humano como en el tipo de voz que se necesita para interpretarlo, que frecuentemente son tres sopranos distintas quienes representan a cada una de ellas; aunque la historia de la ópera nos ha dejado testimonios de honrosas excepciones.
Aunque Offenbach dejó un legado considerable de óperas y operetas muy exitosas, Los Cuentos de Hoffman se considera, sin lugar a dudas, su obra maestra en este género.
La partitura contiene algunas de las páginas más inspiradas de su autor. Él estaba consciente de esto, pero el destino le arrebató la existencia unos meses antes de su estreno, por lo que no pudo disfrutar en vida del éxito de esta obra que lo coloca entre los inmortales.
IOLANTA DE PIOTR ILICH TCHAIKOVSKY/ EL CASTILLO DE BARBAZUL DE BELA BARTOK (FUNCIÓN DOBLE). FEBRERO 14 DE 2015.
Compuesta entre 1891 y 1892, mas estrenada en este último año, Iolanta o Yolanda es una ópera en un acto compuesta por Tchaikovsky basándose en un libreto de su hermano Modesto. El éxito alcanzado por dos óperas anteriores, La Dama de Espadas y La Hechicera hizo que el músico pasara por uno de tantos períodos de duda sobre el agotamiento de su creatividad. Comenzó a componer el dúo de la última de sus tres escenas y así fue procediendo. En su estreno fue muy exitosa, mas con el tiempo fue injustamente cayendo en el olvido.
El argumento gira alrededor de una ciega de nacimiento, quien ocultaba su mal, pero ansiaba ver la luz y los colores. Finalmente es a través del amor que Iolanta logra recuperar la vista y vivir feliz al lado de quien con su cariño, logró que pudiera ver.
El Castillo de Barbazul es una ópera en un acto basada en el popular cuento de Charles Perrault. Su ejecución requiere de una gigantesca orquesta de más de cien músicos, pero solo aparecen dos personajes: el propio Barbazul y Judith. Por ello, frecuentemente se interpreta en sesiones de concierto, es decir, no representadas. El Metropolitan Opera se anota un acierto más al permitirnos disfrutar de esta obra tal y como la concibió su autor en 1911, aunque su estreno tuvo lugar hasta 1918.
LA DONNA DEL LAGO DE GIOACHINO ANTONIO ROSSINI. MARZO 14 DE 2015.
Esta ópera, misma que ha ido y venido de los escenarios desde su estreno en 1819, es la séptima de nueve obras que Rossini escribió para el prestigiado Teatro San Carlo de Nápoles entre 1815 y 1819. Tan es así, que el Metropolitan Opera la presenta por primera vez en su historia.
Precisamente en 1819, Rossini había tenido que salir apresuradamente de su natal Pesaro, sin proyectos concretos para el futuro inmediato. Fue entonces cuando se cruzó en su camino una traducción francesa del poema de ese nombre de Sir Walter Scott. Rossini, con su conocida capacidad para componer obras rápidamente, se puso a trabajar en ella, constituyendo la primera ópera basada en argumentos escoceses de Scott. Como dato curioso se puede mencionar que 20 años más tarde, alrededor de veinticinco óperas italianas estarían basadas en historias de él, incluyendo la celebérrima Lucia di Lamermoor.
El argumento cuenta la historia de una dama que haciendo uso de su ingenio y de favorables circunstancias llega a salvar la vida de su padre y del hombre que amaba.
Se dice que la noche del estreno, el público estaba dividido entre quienes celebraban la obra y quienes la condenaban. Pero al cantar la heroína el rondó final, la aceptación fue generalizada.
Vale la pena mencionar que ese papel protagónico en dicha premier, fue cantado por Isabella Colbran, quien más tarde se convertiría en la esposa de compositor.
CAVALLERIA RUSTICANA DE PIETRO MASCAGNI/PAYASOS DE RUGIERO LEONCAVALLO (FUNCIÓN DOBLE).
Estas dos obras, muy frecuentemente presentadas juntas, tuvieron cada una su historia peculiar de gestación.
Pietro Mascagni era un pobre maestro de música viviendo literalmente de un plato de macarrones al día. Su situación económica había empeorado al contraer matrimonio; mas sería precisamente su esposa quien cambaría el destino del malogrado compositor.
Resulta que en 1889, un publicador de música de apellido Sonsogno, convocó a un concurso para óperas en un acto. Mascagni se entusiasmó y se puso a trabajar sobre un libreto de Giovanni Tangioni-Tonzetti, pero su poca fe en sí mismo lo llevó a descartar el proyecto aún después de haberlo concluido. Mas su esposa, quien tenía amplia confianza en el talento de su cónyuge, secretamente envió la partitura al concurso. La ópera ganó y al estrenarse en 1890, el público recibió la inspirada y apasionada música con tal entusiasmo que en poco tiempo, la fama de Mascagni remontó las fronteras de Italia. Es más, el Rey concedió al músico la prestigiosa Orden de la Corona, un logro que el mismo Verdi recibió ya en años avanzados de su vida.
La historia, llena de contrastantes escenas que van desde una procesión religiosa hasta un duelo a muerte, es matizada con música espléndida de un maestría tal que la hacen francamente imposible de pasar desapercibida.
Por su parte, Payasos fue compuesta por Leoncavallo tras varios intentos de llevar obras suyas a la escena. Tratando de imitar la ya entonces famosa Cavelleria Rusticana, pone toda su inspiración en una ópera corta, en la vena verista de la ópera de Mascagni. Para ello, concibe una obra dentro de otra obra, explorando un triángulo amoroso que se da en un ambiente circense y que culmina con uno de los personajes asesinando a su esposa. La conocidísima aria Vesti La Giuba, que habla patéticamente de cómo un payaso debe hacer reír a su audiencia, aunque su corazón esté destrozado, ha conmovido a incontables públicos desde su estreno en 1892. Las palabras finales de la ópera: la commedia e finita, se dice que fueron pronunciadas por Beethoven en los últimos momentos de su vida.
* Agradezco al Dr. Fernando Treviño Lozano su gentileza al permitirme publicar este texto en Gusto por la historia.