La hija del tiempo

UnknownJosephine Tey.

Barcelona: Serie Negra de RBA.2012

La verdad, se dice, es hija del tiempo.

Hace unas semanas, en las excavaciones en un estacionamiento en la ciudad de Leicester en Inglaterra, se encontraron los restos del último rey de la dinastía Plantagenet, Ricardo III (1483-85), acusado de haber asesinado a sus jóvenes sobrinos, hijos de su difunto hermano el rey Eduardo IV y considerado el mayor el legítimo heredero del trono.  William Shakespeare, contemporáneo a la reina Elizabeth I, en 1592 llevó el crimen al escenario teatral,  y por ello esa truculenta historia, una más de los testimonios de violencia en las sucesiones reales, llega hasta nuestros días.

kingrichard08rv1La reconstrucción del rostro del rey, sin embargo, no aparenta ser la de un desalmado asesino, sino más bien la de un tipo bonachón que bien podría quedarse con sus sobrinos una tarde cualquiera.

En 1951 la novelista Josephine Tey, nombre de pluma de la escocesa Elizabeth Mackintosh, publicó la novela histórico-policíaca La hija del tiempo sobre un detective del Scotland Yard, Alan Grant, quien hospitalizado y en proceso de recuperación después de un grave accidente, muy aburrido por contemplar el techo de su habitación y ávido de encontrar un entretenimiento para pasar los largos días de tedio que le esperan, encuentra un motivo para aplicar sus habilidades investigativas al recibir una postal de Ricardo III tomada de la colección pictórica de la Galería Nacional. Su objetivo será demostrar si ese rey fue efectivamente el monstruo que cometió el abominable crimen. Los esqueletos de dos jovencitos, los llamados príncipes de la Torre de Londres, fueron localizados en 1674, enterrados en una escalinata y se considera que eran los hijos de Eduardo IV.

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Con ayuda de un joven investigador norteamericano quien puede hacer la búsqueda bibliográfica y la consulta de fuentes primarias en el Museo Británico, Grant empieza a preguntarse las cuestiones fundamentales del quehacer historiográfico: ¿qué tan fidedignos son los testimonios de un acontecimiento? ¿cómo se construye la “verdad” histórica?¿cómo se vivió el hecho por aquellos contemporáneos a lo sucedido? ¿coinciden las versiones con la historia “oficial”? ¿a quién beneficia esa “verdad”?

Esta novela, además de muy entretenida y con un tema que hoy vuelve a ser actualidad, es prácticamente un manual de metodología de la investigación histórica. El oficio de historiador tiene mucho en común con el trabajo del detective: seguir las pistas, cuestionarse sobre su validez, entender el trasfondo de la información, contrastar la versión oficializada con otras interpretaciones, reconstruir el contexto y el hecho. Y en las universidades británicas, se utiliza para ejemplificar que mucho de la narrativa historiográfica es un asunto de interpretación.

La hija del tiempo está considerada como una de las mejores novelas policíacas de todos los tiempos y fue nuevamente publicada en el 2012. Con los hallazgos de Leicester será nuevamente un éxito.

Por cierto, la desaparición de los últimos herederos al trono de la dinastía Plantagenet benefició a Enrique Tudor quien fue coronado rey de Inglaterra en 1485. Éste fue el padre de Enrique VIII y abuelo de Elizabeth I.

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