Deporte favorito no sólo de los mexicanos, sino de millones de personas en los cinco continentes, sus partidos pueden llegar a detener las actividades cotidianas y los fines de semana, concentrar a los fanáticos en estadios, campos deportivos o alrededor de la televisión vitoreando sus equipos favoritos. Para las novias y esposas ya se acuñó la frase «viuda del futbol» para definir su «estado civil» si no comparte el gusto por este deporte.
Al igual que la tauromaquia, el origen del futbol y otros juegos tienen un pasado remoto y una vinculación con prácticas religiosas que se pierden en el tiempo. Sólo recordemos los juegos de pelota de los antiguos mexicanos como parte de un ritual en el que el ganador era sacrificado a los dioses. Y para él, era un honor, la oportunidad de alcanzar una esencia divina. En la región mesoamericana quedan restos arqueológicos con su característica forma de T y los aros de piedra en donde tenían que pasar las pelotas de caucho.
Se cree que el fútbol fue jugado por primera vez en Egipto, como parte de un rito para la fertilidad alrededor del siglo III antes de Cristo, aunque anteriormente en China se había inventado una pelota hecha con raíces duras que formaban una masa esférica y que se cubría con pedazos de cuero.
Los hindúes y los persas la adoptaron para sus juegos, arrojándola con la mano. En Grecia, al balón hecho con la vejiga de buey se le denominó esfaira (esfera). Probablemente el juego más parecido al futbol actual era el que se popularizó en la Antigua Grecia, con varios estilos para jugarlo, algunos de los cuales prohibían arrojar la pelota con las manos.
Cuando Grecia fue conquistada por los romanos, éstos adoptaron el Harpaston griego, considerado como el deporte precursor del futbol moderno. Llamaron al balón «pila», término que con el tiempo se transformaría en pilotta, evolucionando finalmente a pelota. Con la expansión de su imperio, llevaron a las islas británicas el juego aunque los nativos ya practicaban también una especie de futbol.
Es en Inglaterra en el siglo VIII cuando el futbol se popularizó, no como un deporte sino como un juego de guerra. Se cuenta que cuando un príncipe danés fue decapitado, su cabeza fue pateada como si fuera una pelota. En los pueblos el juego se popularizó, y en ocasiones varios cientos de personas participaron intentando meter el balón en una meta específica que hoy llamamos portería.
En la Edad Media hubo juegos de pelota en los que participaba los caballeros y se cuenta que durante las Cruzadas el rey inglés Ricardo Corazón de León llegó a proponer al caudillo musulmán Saladino que decidieran en manos de quién quedaría Jerusalem con un partido.
Esta forma de futbol fue un juego sumamente violento, en donde abundaron cientos de heridos y muertos. En 1331 el rey Eduardo III promulgó leyes que prohibían su práctica que, sin embargo, no tuvieron eco y los ingleses mantuvieron la pasión futbolera que se convirtió en el deporte nacional. La evolución de la manera de jugarlo a principios del siglo XIX dio origen al rugby, es decir al futbol moderno.
A diferencia de la Edad Media, el gobierno y las empresas promovieron el juego de futbol como recreación para los días de descanso como una manera de evitar la ociocidad y los vicios de los trabajadores en las fábricas. En lugar de reuniones en las que aflorara el consumo de alcohol, las discusiones acaloradas, la crítica al gobierno o la organización de protestas y huelgas, participar en un equipo canalizaba las energías y daba la oportunidad de desfogar las emociones. Surgieron equipos de las fábricas y también de asociaciones estudiantiles y universitarias así como representativos regionales. La práctica llegó a convertirse en una profesión en la que hoy en día muchos futbolistas gozan fama de celebridad, perciben sueldos estratosféricos e imponen modas seguidas por sus millones de fanáticos. Además, gracias a la mercadotecnia que gira alrededor del deporte, los deportistas, sus prendas y los gustos de los fans se traduce en ingresos multimillonarios para muchas empresas.
En 1815 el Colegio de Eton estableció una serie de reglas para evitar la violencia en los partidos. En 1848 apareció el Primer Reglamento de Cambridge, destinado a unificar las distintas reglas que se utilizaban en el país y en 1863 se creó la primera Asociación de Futbol en una taberna en Londres que con una reglamentación particular en la que se prohibió cargar y arrojar la pelota con las manos diferenciando definitivamente el futbol del rugby. En este momento nace el futbol tal y como se practica hasta hoy en día. El 21 de mayo de 1904 se fundó la FIFA (Federación Internacional del Fútbol Asociado) en Francia con representantes de Bélgica, Dinamarca, Holanda, España. Suiza y Suecia y se establecieron reglas mundiales. Rápidamente se adhirieron representantes de otros países.
Millones de personas comparten el gusto y la pasión por el mismo deporte, en el que la afición se hermana sin distinguir entre raza, religión y condición económica. Por otro lado, la pasión futbolera también ha generado violencia y muertos –basta recordar los desmanes tanto si gana como se pierde- e inclusive un conflicto bélico entre Honduras y El Salvador en 1970 que el periodista polaco Ryszard Kapuscinski llamó “la guerra del futbol”.
Hoy en la final del Clásico entre Tigres y Rayados ya hay un ganador seguro: toda la afición regia en un partido que será memorable!
Pingback: Exposición “Futbol: arte y pasión” en MARCO | Gusto por la historia