Mario Vargas Llosa. España: Alfaguara. 2006.
Publicada con un gran éxito, esta novela es la historia de Ricardo Somocurcio “el niño bueno” quien desde su adolescencia vive con su amor mal correspondido por Lily, “la niña mala”. Los argumentos centrales sin embargo son el amor, el erotismo y la educación sentimental.
A diferencia de sus otras obras en las que se van entretejiendo varias tramas aparentemente inconexas que finalmente entroncan y se entretejen, ésta sucede en un entramado lineal con una cronología es consecutiva iniciando en la ciudad de Lima en los años 1950 para terminar en Madrid casi 50 años después. La novela se estructura en siete capítulos, cada uno un episodio en el encuentro-desencuentro de los protagonistas dejando al lector la incertidumbre si habrá un “final feliz” para la pareja o si el amor no correspondido habrá sido el eje de la vida de Somocurcio.
Y si bien hay una continuidad cronológica, los ambientes son los que cambian pues en cada capítulo el reencuentro entre Ricardo y la “niña mala” se da en otra ciudad: Lima, Paris, Londres, Tokio, Madrid. Cada nuevo escenario tiene sus propios personajes secundarios y en varios tienen finales inesperados.
Sin embargo, la novela sobrepasa el tema amoroso-erótico, pues plantea la ilusión del enamoramiento juvenil y la idealización del ser amado, el amor esquivo, los encuentros y reencuentros y la toma de conciencia de las necesidades y emociones personales. También nos percatamos que el trauma del origen social, la ambición de ascender a toda costa y la falta de escrúpulos no se confinan únicamente a América Latina a pesar de las transformaciones en los contextos políticos y culturales que son trasfondos de la trama central.
Hernán Migoya, en el suplemento La Gaceta del Ángel del periódico Reforma de la ciudad de México publicó el 2 de Julio de 2006 un interesante análisis de la novela –Mario Vargas Llosa, las travesuras del amor moderno-, partiendo de la reflexión que en la obra de Vargas Llosa “parece habitar, inconscientemente, una preciosa metáfora de su relación sadomasoquista con el Perú que tanto ama, que quiso gobernar y no pudo”.
Vargas Llosa se propuso contra una historia del amor moderno situada en el periodo de las transformaciones más grandes de la historia de la humanidad y ubicada en donde se dieron esos cambios “ París en los 60, Inglaterra en los 70, España en los 80 sin ninguna duda. Ese marco es lo más autobiográfico del libro».