Fuente: Jorge Alberto García. Cómo es el ritual judío? En El Norte, Monterrey, N.L. Edición especial «La novia», 23 de octubre 2015.
Judaica
Conferencia «El arte secuestrado: últimas víctimas del Tercer Reich»
Conferencia «El arte secuestrado: últimas víctimas del Tercer Reich»
El arte secuestrado
Ana Portnoy
Laberinto, Suplemento cultural del periódico Milenio, No. 632. Monterrey, N.L., 24 de julio 2015.
Una de las consecuencias de las guerras es el pillaje. Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis orquestaron una trama destinada al robo sistemático de obras de arte en toda Europa, sustraídas de las casas de familias de coleccionistas, muchas de ellas judías, así como de museos, castillos y monasterios que fueron trasladadas a Alemania con la intención de que engrosaran las colecciones de museo de arte europeo que Hitler planeaba crear en Linz.
Obras maestras de la pintura occidental viajaron en trenes bajo las bombas, fueron ocultadas en minas y sótanos, otras fueron a parar a manos de los jerarcas nazis y muchas más acabaron en el floreciente y turbio mercado del arte durante los años de la guerra e inclusive la posguerra. La pista de no pocas de ellas se perdió definitivamente, mientras que otras volvieron a manos de sus legítimos propietarios, recuperadas por las tropas aliadas. Tras el fin de la Guerra Fría y por medio de protocolos internacionales firmados por casi 50 países –los Principios de Washington de 1998, las directrices de la Alianza de Museos Americanos de 1999 y la Declaración de Terezin de 2009- inició un movimiento internacional para la restitución de las obras de arte que involucra a prestigiosas instituciones culturales que han tenido en sus acervos obras de proveniencia dudosa, muchas de ellas reclamadas por las víctimas o sus descendientes.
De las 650,000 obras robadas durante el régimen nazi entre 1933 y 1945, se estima que 100,000 siguen desaparecidas o han sido identificadas erróneamente. Las recientes campañas de identificación y restitución se enfrentan a una creciente resistencia de las instituciones de arte que aducen que las pruebas de la expropiación son incompletas, que ha transcurrido demasiado tiempo desde los hechos y que las obras maestras son, de todos modos, patrimonio público.
La dama de oro, la historia extraordinaria del Retrato de Adele Bloch-Bauer es la obra escrita por Anne-Marie O’Connor, publicada en español por Vaso Roto Ediciones, que narra cómo María Altmann recuperó parte del patrimonio artístico de su familia que había sido expoliado, eufemismo por no decir robado, por los nazis.
Los antecedentes del litigio inician en marzo de 1938, cuando Austria fue incorporada a través del Anschluss al Tercer Reich y las medidas antisemitas se aplicaron de inmediato a los 192,000 judíos del país. A través de la Vermoegensverkehrsstelle, la oficina para el control de bienes y responsable de la confiscación, se saquearon sus casas, considerándose sus objetos de valor propiedad del régimen hitleriano.
En Austria, a cinco meses de la anexión, Adolf Eichmann inició la llamada solución al problema judío consistente en deportar a los campos de concentración a la población judía, política que luego se implementaría en Alemania y en todos los países ocupados por los nazis. Para 1945 un total de 65,000 judíos austríacos habían sido asesinados y 130,000 forzados al exilio, incluyendo al padre del psicoanálisis Sigmund Freud, al pintor Oskar Kokoschka así como a empresarios, científicos e intelectuales.
Anne-Marie O’Connor ha sido periodista, corresponsal de guerra y autora de diversos textos sobre la vida cultural e intelectual en nuestros tiempos. Reportera de Los Ángeles Times en 2001 conoció a María Altmann quien había iniciado un proceso legal contra el gobierno austríaco para recuperar cinco cuadros de Gustav Klimt, entre ellos el retrato de su tía Adele Bloch-Bauer, obra considerada “la Mona Lista de Austria”.
La dama de oro es un fascinante libro resultado de una investigación acuciosa y exhaustiva que reconstruye fidedignamente el ambiente que rodeó a Gustav Klimt, exponente el movimiento secesionista austríaco de principios del siglo XX y quien pintó el espectacular cuadro de Adele l, encargado por su esposo Ferdinand en 1903 y concluye 103 años después, cuando el cuadro recuperado por su sobrina es vendido a Ronald Lauder, heredero de la famosa línea de cosméticos y quien por años ha intentado recuperar las obras de arte confiscada o robada por el régimen hitleriano a familas judías de Alemania y Austria. Lauder trabajó para ese objetivo mientras fue embajador de Estados Unidos en Austria, formó parte de la comisión designada por el entonces presidente de Estados Unidos Bill Clinton para examinar casos del expolio nazi y es miembro de la “World Jewish Restitution Organization”. El retrato de “Adele Bloch Bauer I” es la pieza central de la colección de Lauder en su Neue Galerie de Nueva York.
Al morir a los 94 años en 2011, María Altmann dejó un legado que trasciende el esfuerzo que hizo por recuperar las obras de arte expoliadas, pues el proceso legal que inició con su abogado Randol Shoenberg, nieto del famoso compositor, fue largo y pavimentado de artilugios por parte del gobierno austríaco para evitar la restitución de lo que era su herencia legítima. Tras siete años de litigios y al obtener el fallo definitivo que reconoció su derecho a recuperar el patrimonio de su familia en 2006 estableció un precedente tanto en la Suprema Corte de Justicia de los Estados Unidos como ante el Derecho Internacional sobre la devolución de las obras de arte y los objetos que fueron el botín incautado por el hitlerismo, aún si éstos son considerados bienes estatales por algún gobierno.
Además de dar a conocer esa apasionante historia, La dama de oro nos permite reflexionar no sólo sobre las injusticias del pasado, sino también sobre nuestro tiempo.
Tras la tragedia del Holocausto se esperaría que hubiésemos aprendido la lección de los riesgos a los que lleva la intolerancia y la discriminación. El siglo XX, y al parecer el XXI también, se caracterizan por los genocidios, desde el poco conocido cometido en Namibia en 1904, el armenio en Turquía en 1915, el régimen del Pol Pot en Camboya en los años 1970, el llevado a cabo en Guatemala hace 30 años, las matanzas de tutsis y hutus en Ruanda y la limpieza étnica de los serbios contra los musulmanes en Bosnia en los 90’s. Hoy en día Estado islámico persigue y masacra a chiitas, cristianos y yadizis en Irak y Siria bajo conceptos, como lo hicieron los nazis, de limpieza étnica.
El libro también nos hace preguntar qué es lo que la obra de arte representa que conduce a su apropiación de manera ilegal, como los saqueos arqueológicos, o bien a su destrucción sin tomar en cuenta la riqueza cultural que representan, como sucedió con los talibanes en Afganistán hace una década y ahora con el Estado Islámico que lleva a cabo ataques deliberados contra la historia y la cultura milenarias de Irak y Siria, destruyendo y expoliando ojetos milenarios para hacerse de recursos, justificándolo como una limpieza cultural, como también sucedió durante el nazismo con la quema de libros, el robo y la destrucción de obras de arte.
Charla «El arte secuestrado: las últimas víctimas del Tercer Reich»
Hablará del ‘arte secuestrado’.
Teresa Martínez
El Norte, Monterrey N.L., 1 de julio 2015. Sección Vida, pág. 9
Maria Altmann recuperó en 2006 cinco obras de Gustav Klimt pertenecientes a su familia y robadas por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Una de ellas es el retrato de Adele Bloch-Bauer, que inspiró la novela La dama de oro, de Anne Marie O’Connor, publicada al español por Vaso Roto, y la película del mismo título protagonizada por Helen Mirren, a estrenarse el viernes.
A partir de un contexto más amplio, la historiadora Ana Portnoy dará la charla “El arte secuestrado: las últimas víctimas del Tercer Reich”, hoy a las 19:00 horas en el auditorio del Centro Cultural Plaza Fátima.
El ejercito nazi confiscó ilegalmente al menos 300 mil obras de arte a familias judías perseguidas durante la Segunda Guerra, detalló Portnoy.
“A partir de la Guerra Fría empieza un movimiento internacional de restitución de todas estas obras a los herederos o dueños legítimos”.
María Altmann, sobrina de Bloch-Bauer y encarnada por Mirren en el film, logró recuperar las pinturas incautadas a sus tíos por los nazis en 1938.
En la charla de entrada libre, la historiadora también hablará de los ataques de los yihadistas del Estado Islámico a sitios arqueológicos de Siria e Iraq.
El libro tiene un costo de 325 pesos y se puede adquirir en librerías o en http://www.vasoroto.com.
Guerras pegan al arte mundial.
Karen López
En una guerra existe el riesgo de que desaparezca el registro histórico-artístico de una cultura, señala Ana Portnoy.
En una guerra se pierden vidas inocentes y también existe el riesgo de que desaparezca el registro histórico-artístico de una cultura, señaló la historiadora Ana Portnoy.
La también académica trató el caso de las más de 600 mil obras de arte expoliadas por los nazis en la Segunda Guerra Mundial en su charla «El arte secuestrado. Las últimas víctimas del Tercer Reich», en el auditorio del Centro Cultural Plaza Fátima. A partir del libro recientemente llevado al cine- La Dama de Oro, que narra la lucha de Maria Altmann, sobrina de la musa judía del pintor Gustav Klimt, Adele Bloch-Bauer, por recuperar el legado artístico familiar- Portnoy hizo un recuento de los daños culturales que dejan los conflictos.
También refirió el caso actual de la destrucción de museos y sitios arqueológicos por el Estado Islámico en Siria e Irak.
«¿Por qué es importante para algunos destruir la obra de arte? Hay algo más que motivos religiosos: saben el valor que concede Occidente al arte y quieren asustar acerca de lo que podría ocurrir. Lo que están destruyendo no es sólo patrimonio de Irak o Siria, es parte del patrimonio de la humanidad. El problema, al igual que sucedió con los nazis con la expoliación y la destrucción del arte, es que nos van a dejar sin la memoria histórica».
Destacó que, como en el caso del libro, muchas de las obras expoliadas pertenecientes a familias judías no han sido devueltas, sino que forman parte del inventario de museos como el Museo de Bellas Artes de Boston y el MoMa en Nueva York.
Vale oro su charla
Gino Rivera Saravia / Fotos: José Luis Rodríguez
El Norte, Monterrey N.L., 10 de Julio 2015. Suplemento Sierra Madre Págs. 48-53.
La historiadora Ana Portnoy de Berner charla sobre la expoliación de ‘La Mona Lisa Austríaca’, de Gustav Klimt, obra que sirvió de inspiración para el libro ‘La Dama de Oro’, de la estadounidense Anne Marie O’Connor, publicada por Vaso Roto Ediciones, editorial regia de Jeannette Lozano de Clariond
¿Qué representa el arte? ¿Qué es lo que conduce a su apropiación, aunque sea de manera ilegal?
La familia Bloch- Bauer sufrió la expoliación por los nazis de lienzos del pintor austríaco Gustav Klimt, entre ellos “Retrato de Adele Bloch-Bauer I”, conocido también como “La Mona Lisa Austríaca”, que inspiró a la periodista estadounidense Anne Marie O’Connor a contar la historia de su recuperación a través del libro “La Dama de Oro”.
En apoyo a la presentación de la novela, publicada en México por Vaso Roto Ediciones, que pertenece a la regia Jeannette Lozano de Clariond, la historiadora Ana Portnoy de Berner ofreció la charla “El Arte Secuestrado: Las Últimas Víctimas del Tercer Reich” en el Centro Cultural Plaza Fátima, el 1 de julio.
Ahí, principalmente ahondó en el tema del ambiente beligerante por el que estuvo rodeado la obra pictórica, y trató el caso de las más de 600 mil obras de arte expoliadas por los nazis. “Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis orquestaron una trama destinada al robo sistemático de obras de arte de toda Europa, sustraídas de las casas de familias de coleccionistas -muchas de ellas judías-, así como de museos, que iban a ser trasladas a Alemania con la intención que engrosaran las colecciones del museo que Adolf Hitler planeaba crear en la ciudad de Linz.
“Obras maestras de la pintura occidental viajaron en trenes, fueron ocultadas en minas y en sótanos, otras fueron a parar a manos de los jerarcas nazis y otras muchas acabaron en el floreciente y turbio mercado de arte”, contó Portnoy al inicio de la conferencia, frente a un auditorio que lució lleno.
Ése fue el destino de lienzos de Brueghel, Rembrandt, Goya, Van Gogh, Cézanne, Renoir, Picasso, entre otros.
De esta manera, agregó, después de más de 50 años de la derrota del Tercer Reich, Austria inició la restitución del arte robado, por lo que María Altmann -de cuya familia fue incautada la colección artística en 1938- decidió tomar los pasos necesarios para la recuperación del retrato de su tía Adele Bloch-Bauer, expuesto en la galería Belvedere en Viena, junto con otros cuatro cuadros de Klimt que habían sido parte de la colección de su familia.
O’Connor -siendo reportera de Los Angeles Times en 2001- entrevistó a Altmann sobre el proceso legal que había iniciado, publicando el artículo que sería el embrión del libro.
“’La Dama de Oro’ es un fascinante libro, resultado de una investigación acuciosa y exhaustiva, con un cuerpo bibliográfico digno de una disertación doctoral y con información obtenida por las entrevistas a María que O’Connor llevó a cabo desde el 2001 hasta el 2006, así como la correspondencia que mantuvo con la sobrina de Altmann hasta el 2009.
“La autora reconstruye fidedignamente el ambiente que rodeó a Gustav Klimt, exponente del movimiento secesionista austríaco de principios del siglo 20 y quien pintó el espectacular cuadro de la bella judía Adele, encargado por su esposo Ferdinand en el año 1903”, señaló.
Esta historia, añadió, ahonda en la belle époque en Austria, el ambiente cultural y artístico en torno a Klimt y a su musa, la anexión de Austria al Tercer Reich, la forzada emigración de miles de judíos austríacos y la deportación a campos de concentración de otros miles más; la expoliación de obras de arte a cargo del nazismo, el Holocausto y el dificultoso proceso legal por el que la heredera pasó tras siete años de enfrentar al estado austríaco.
Durante la charla, la historiadora también hizo hincapié en la ‘limpieza cultural’ que realiza el Estado Islámico en Irak y Siria, comparando esta destrucción y este despojo de acervo cultural con los que hicieron los nazis.
Arte recuperado
Actualmente, “Retrato de Adele Bloch-Bauer I” se expone en Neue Galerie New York, tras haber sido comprado por Ronald Lauder, heredero de la línea de cosméticos Estée Lauder y miembro de World Jewish Restitution Organization, por 135 millones de dólares.
Las otras piezas de Klimt recuperadas por Altmann fueron subastadas por Christie’s en noviembre de 2006 en tan sólo 6 minutos por 192.7 millones de dólares. El segundo óleo de Adele fue adquirido por un particular y, desde el 2016, se exhibe en el Museum of Modern Art de Nueva York, en un préstamo a largo plazo.
De las 600 mil obras robadas durante el régimen nazi entre 1933 y 1945 se estima que 100 mil siguen desaparecidas o han sido identificadas erróneamente, aseguró la historiadora.
Hoy es historia: Ana Frank, una voz contra la intolerancia
Ana Portnoy
El Norte, Monterrey, N.L., 15 de marzo 2015. Sección Vida, pâg. 15
«A pesar de todo, continúo creyendo en la bondad íntima del hombre»
Ana Frank
Este mes se conmemoran 70 años de la muerte de Ana Frank en el campo de concentración de Bergen-Belsen, pocas semanas antes de su liberación por el ejército británico.
Autora de uno de los testimonios más conocidos de la persecución antijudía nazi que condujo al Holocausto, su diario es uno de los libros más leídos mundialmente siendo texto escolar en muchos países.
Huyendo de la Alemania nazi, la familia Frank llegó a Amsterdam en 1933. Con la ocupación alemana de Holanda siete años después, Otto Frank ocultó a su familia y a cuatro personas más en un ático en el edificio de oficinas de la empresa Travies N. V. de la que era accionista.
En ese reducido espacio convivieron durante dos años los Frank, la familia Van Daan y el Dr. Dussel, tomando precauciones extremas para no delatar su presencia –ventanas tapiadas, comportamientos silenciosos durante el día, restricciones en el uso del baño- .
Gracias al apoyo de cuatro empleados de confianza que les abastecieron de alimentos, medicamento y libros pudieron sobrellevar el encierro hasta que fueron denunciados a las autoridades nazis. El 4 de agosto de 1944, la Feld Polizei irrumpió en el ático y arrestó a todos sus habitantes enviándolos a campos de concentración. Sólo Otto Frank sobrevivió la guerra y recuperó el texto de su hija que había sido resguardado por su secretaria, Miep Gies.
Escrito a manera de cartas a una imaginaria amiga llamada Kitty, Ana cuenta las experiencias de su vida en un microcosmos en el que transcurre una cotidianeidad arrancada de la vida normal. A través de sus páginas la autora se desenvuelve intelectualmente, observa y juzga tanto el desarrollo de la guerra -cuyas noticias se conocen por las trasmisiones radiales de la BBC- así como las personalidades de sus compañeros de escondite y las relaciones entre ellos, obligados a una intensa convivencia durante 730 días. Las trivialidades de la vida diaria se convirtieron en acontecimientos especiales dignos de ser anotado con candor. En sus páginas están presentes las esperanzas de una niña de 14 años por una pronta liberación y el volver a tener una vida normal.
Además de su valor literario e histórico, la importancia del Diario de Ana Frank radica en la confianza que las condiciones más atroces pueden sobrellevarse a través del compañerismo, la solidaridad y la esperanza. Sus palabras dan voz no sólo al millón y medio de niños judíos asesinados por el hitlerismo sino a todos aquellos que han sido víctimas de la intolerancia y la persecución.
Hoy es historia: Auschwitz
Ana Portnoy
El Norte. Monterrey N.L., 22 de enero 2015. Sección Vida, pág. 7.
“…Esos poetas infernales,
Dante, Blake, Rimbaud
Que hablen más bajo
¡Que se callen!
Hoy
cualquier habitante de la tierra
sabe mucho más del infierno
que esos tres poetas juntos.
Ya sé que Dante toca muy bien el violín
¡Oh, el gran virtuoso!
Pero que no pretenda ahora
con sus tercetos maravillosos
y sus endecasílabos perfectos
asustar a ese niño judío
que está ahí, desgajado de sus padres
Y solo.
¡Solo!
Aguardando su turno
en los hornos crematorios de Auschwitz”
León Felipe[1]
El 27 de enero, justo hace 70 años, el ejército soviético liberó Auschwitz, topándose con escenas espeluznantes. La industria de la muerte nazi se propuso eliminar a millones de personas: judíos, eslavos, gitanos, Testigos de Jehová, comunistas, disidentes políticos, homosexuales, discapacitados y prisioneros de guerra, trasladados como ganado a los campos de concentración con el argumento que se dirigían a campos de trabajo. En Auschwitz el letrero Arbeit macht frei -el trabajo os hará libres- permanece aún.
Una primera selección se hacía al bajar del tren de carga, separando a hombres de ancianos, mujeres y niños. Quiénes aptos para el trabajo forzado y quiénes enviados directo a la cámara de gas, sus cuerpos cremados en hornos construidos ex-profeso.
Mal alimentados, mal vestidos para las gélidas temperaturas, sin atención médica y maltratados continuamente, los presos desempeñaron trabajos a beneficio del ejército alemán. Cualquier indisciplina se castigó con la muerte.
Entre mayo de 1940 y enero de 1945 en Auschwitz fueron asesinadas 1,100,000 personas. Ahí el Dr. Mengele hizo experimentos de antropología y herencia genética siendo los prisioneros sus conejillos de Indias. La mayoría murió y los sobrevivientes resultaron incapacitados o desfigurados por la tortura médica.
Al acercarse el ejército rojo, los nazis pretendieron borrar toda evidencia, quemaron archivos e iniciaron con marchas forzadas la retirada del campo con los reos. Miles de personas más murieron en el camino.
En los países ocupados por Alemania hubo cerca de 42,500 ghettos, campos de detención, trabajo, concentración y/o exterminio donde murieron más de once millones de seres humanos entre los 50 millones de muertos en la guerra. El complejo Auschwitz-Birkenau fue el mayor campo de exterminio.
Patrimonio de la Humanidad desde 1979, Auschwitz es uno de los sitios de mayor simbolismo no solo del Holocausto judío, sino de los extremos a los que puede llevar la violación de los derechos humanos y la intolerancia contra el Otro.
El 1 de noviembre de 2005 la Organización de Nacicones Unidas, a través de la resolución 60/7, designó el 27 de enero como Día Internacional de la Memoria de la Víctimas del Holocausto como «un recuerdo de las lecciones universales del Holocausto, un mal único el cual no puede simplemente ser delegado al pasado y olvidarse».
[1] Poeta español exilado en México, fue el agregado cultural de la Embajada Española en el Exilio en nuestro país.
Entrevista a Lázaro Portnoy, sobreviviente del Holocausto
https://berner.wordpress.com/2014/05/06/entrevista-a-lazaro-portnoy-sobreviviente-del-holocausto/
Fuente: BRNR. Lázaro Portnoy- Sobreviviente del Holocausto. <http://berner.wordpress.com/tag/lazaro-portnoy/>
Shoá: el Holocausto
Contextualización del documental.
Alejandro Garza Rangel
El material de esta cinta sobre los campos de concentración nazis fue captado por unidades de filmación de los ejércitos aliados. Se hicieron al momento en que dichos campos fueron liberados.
El objetivo era hacer un documental que mostrara los horrores que el regimen nazi había llevado a cabo.
Alfred Hitchcock asesoró en la producción de este film. Hizo mucho énfasis en recalcar que la mayoría de la gente común de Alemania estaba enterada de lo que estaba pasando. Imposible no estarlo.
El documental no salió a la luz porque se decidió que éste podría retrasar el proceso de reconstrucción alemana. Los rollos fueron archivados y olvidados.
En 1985 fueron resdecubiertos y se transmitieron por television.
Hoy en día se prepara una edición remasterizada que incluye material inédito sobre Auschwitz.
Hay que advertir que este documental contiene material muy fuerte.
Productor ejecutivo: Sydney Bernstein.
Asesor: Alfred Hitchcock.
Imágenes provistas por el Imperial War Museum (Londres)
«Shoá: Holocausto y Derechos Humanos»
Semana conmemorativa en el Museo Metropolitano de Monterrey.
Exposiciones, conferencias, documentales, películas.
Del 28 de abril al 4 de mayo.
![Invitacion_damaEGADE baja[3]](https://gustoporlahistoria.com/wp-content/uploads/2015/10/invitacion_damaegade-baja3.png?w=676&h=417)


