Daniel de la Fuente*
El Norte, Monterrey, N.L. 18 de noviembre 2017. Pág. 21A
Las buenas novelas iluminan las zonas de los personajes públicos que los libros de historia dejan a oscuras.
El 107 aniversario de la Revolución Mexicana es una buena razón para acercarse a algunos títulos que abordan pasajes de nuestra historia: desde Los de abajo, de Mariano Azuela; El águila y la serpiente, La sombra del caudillo, Memorias de Pancho Villa, de Martín Luis Guzmán, y Vámonos con Pancho Villa, de Rafael F. Muñoz, hasta Cartucho. Relatos de la lucha en el norte de México, de Nellie Campobello, y La muerte de Artemio Cruz, de Carlos Fuentes. Otros libros son Ficciones de la Revolución Mexicana, de Ignacio Solares, y México Secreto, de Francisco Martín Moreno.
De historia hay muchos títulos. En algunos de los destacables se encuentran Biografía del Poder. Caudillos de la Revolución, de Enrique Krauze; Caudillos y campesinos en la Revolución Mexicana, de David A. Brading; La Revolución Mexicana, de Jean Meyer; La Revolución Mexicana. Memoria, mito y tradición, de Thomas Benjamin, y La Revolución Mexicana. Actores, Escenarios y Política 1901-1929, de Álvaro Matute.
Otro libro fundamental es el Diccionario Histórico y Biográfico de la Revolución Mexicana, editado por el Instituto Nacional de Estudios Históricos de la Revolución Mexicana. Es importante citar también el par de biografías monumentales de Pancho Villa escritas por Friedrich Katz y Paco Ignacio Taibo II.
En lo que se refiere a Nuevo León, el historiador Óscar Flores ha hecho un amplio trabajo. Sus libros son Monterrey en la Revolución (1909-1923); Independencia y Revolución en el norte de México (1808-1920), en coordinación con Benjamín Galindo, y Burguesía, militares y movimiento obrero en Monterrey 1909-1923.
Un revolucionario se caracteriza por el arrojo, pero también por su conocimiento del pasado. No se quede con dudas y acuda a las librerías sobre todo en este Buen Fin, ya que seguramente habrá ofertas atractivas.
*Agradezco a Daniel de la Fuente la gentileza de permitirme reproducir su texto en Gusto por la historia.