Los números de 2014

Los duendes de las estadísticas de WordPress.com prepararon un informe sobre el año 2014 de este blog.

Aquí hay un extracto:

El Museo del Louvre tiene 8.5 millones de visitantes por año. Este blog fue visto cerca de 110.000 veces en 2014. Si fuese una exposición en el Museo del Louvre, se precisarían alrededor de 5 días para que toda esa gente la visitase.

Haz click para ver el reporte completo.

Mis próximos cursos, primavera 2015

Una historia real, las dinastías que gobernaron Francia: La Casa Borbón y el fin del Antiguo Régimen.

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Horario:  Martes de 10:30 a 12 horas.

Lugar: Instituto Mexicano de Ejecutivos en Finanza

Fecha de inicio: 20 de enero 2015.

Informes: 8363-0109

 

Un viaje por México.

Módulo 1: Del Tenochtitlán mexica a la Ciudad de los Palacios novohispana.

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Horario: Miércoles de 11:30 a 13 horas.

Lugar: Fundación Educativa San José: Aula Juan XXIII.

Fecha de inicio: 14 de enero 2015.

Informes: 8401-5500

Nota: Será un curso de 6 clases con la propuesta -opcional- de  participar en un viaje de 4 días a la Ciudad de México.

 

Europa siglo XX: La Guerra Fría, 1946-1991.

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Horario: Jueves de 16:30 a 18 horas.

Lugar: Fundación Educativa San José: Aula Juan XXIII.

Fecha de inicio: 15 de enero 2015.

Informes: 8401-5500

 

 

 

 

 

 

 

 

Hoy es historia: Fiestas de luz

Ana Portnoy

El Norte, Monterrey, N.L.,  16 de diciembre 2014, Sección Vida. Pág. 15.

El invierno ha sido un período de angustia e incertidumbre para los hombres desde los tiempos más remotos. El frío, la nieve, la oscuridad y la carestía de alimento se concibieron como un anticipo de la muerte por lo que, con la esperanza del pronto retorno de la luz y la regeneración de la naturaleza, empezaron a llevar a cabo conmemoraciones en las que el fuego y la comunión con el prójimo fueron los motivos centrales ante la cercanía del solsticio, la noche más larga. Fueron festividades que elevaban el ánimo, mitigaban la melancolía y congregaban a los miembros del grupo alrededor del calor de una fogata. Desde entonces, nociones de nacimiento y renacimiento, el reinicio del ciclo agrícola, nuevos comienzos, reinauguraciones o ritos de purificación han acompañado las fiestas invernales.

Muchas han sido las culturas que desarrollaron fiestas para el sol, como un ritual para asegurar su pronto retorno. Incluso en las culturas modernas estas fiestas conservan su importancia porque representan alegría y esperanza en el momento más oscuro del año. En muchas de ellas se dan regalos especialmente a los niños, que esperan ilusionados la llegada del invierno.

Muchas culturas festejaron en invierno al Sol para asegurar su pronto retorno. Los incas ritualmente lo ataban para que no abandonara a los hombres; en Persia el solsticio representó su triunfo sobre la oscuridad a través del dios del bien Ahura Mazda sobre el demonio Ahriman;  para los antiguos romanos las velas de las Saturnalias simbolizaron la búsqueda del conocimiento, la verdad y la renovación de la luz, conmemorando el 25 de diciembre el nacimiento del Sol Invicto. En China se cree que el yang –todo lo positivo- es más abundante después del solsticio y durante 2,500 años han celebrado con ofrendas al cielo y a los antepasados. Para el hinduismo el festival de las luces Diwali significa el triunfo de la luz sobre la obscuridad, del conocimiento sobre la ignorancia, del bien sobre el mal y de la esperanza sobre el despecho. Según los pueblos mesoamericanos, en el solsticio de invierno nació Quetzalcóatl quien enseñó la vida civilizada a los ancestros.

Conforme a estas tradiciones invernales el pueblo judío festeja Janucá, la victoria de los Macabeos y la purificación del Templo en Jerusalén, profanado por Antíoco IV Epifanes al pretender la forzada conversión de los israelitas a la religión griega.

En México la epifanía de la Virgen de Guadalupe representa la victoria de la luz sobre las tinieblas y a partir de ese 12 de diciembre de 1531 empieza la construcción de la identidad mexicana. Con la quema de la candelilla en la víspera, en Higueras N.L. se anticipa la revelación de María al indiecito Juan Diego.

Justamente en el solsticio de invierno, la Navidad festeja el  nacimiento de Jesús. Todo los motivos que adornan los hogares cristianos son referencias a la luz: luces de bengala, fuegos pirotécnicos, velas y esferas que en el pino reflejan luminosidad y alegría.

El mensaje de todos los festejos es esperanzador: que la luz ilumine a todos los hombres. ¡Felices fiestas y los mejores deseos!

Panqué de frutas cristalizadas

Se considera a los antiguos romanos como los creadores del pastel de frutas tan característico de Navidad, pues preparaban un pan con levadura que era endulzado con miel y al que, con el transcurrir del tiempo, se le agregaron frutas y nueces

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Una de las versiones del fruitcake popular internacionalmente es el panettone italiano -un pan azucarado al que se agregan gotas de jugo de limón o naranja y diversas frutas confitadas- que, según se cuenta, se originó en Milán hace más de 500 años.images

Hay varias leyendas sobre quién lo preparó por primera vez. Si fue un aristócrata para enamorar a la hija de un pastelero, o si se sirvió en una cena navideña en la mesa de Ludovico el Moro, duque de Milán como un invento de último momento cuando se quemó el postre preparado originalmente. Se dice que su nombre proviene del ayudante de cocina que salvó la ocasión llamado Antonio significando la confección “pan de Toni”, aunque también se le da el significado de  “pan grande”.

Cualquiera que sea la historia verdadera, lo único cierto es que es una confección deliciosa. La receta de este panqué es muy fácil de preparar.

Ingredientes

100 gms mantequilla suavizada
1 taza azúcar
4 huevos separados, las claras batidas a punto de turrón
1 cucharadita de extracto de vainilla o almendra
2 tazas de harina cernida
1 cucharadita de royal cernida con la harina
1 taza de crema agria
50 gms de nuez picada grueso
50 gms de pasas blancas
2 dedos de chocolate semiamargo picado o 1/4 taza de chispas de chocolates
1 naranja cristalizada (se le conoce también como naranja cubierta) picada en trozos pequeños
3 higos cristalizados (higos cubiertos) picados en trozos pequeños

Manera de hacerse:

Precalentar el horno a 190 grados centígrados.

Enmantequillar y enharinar un molde para panqué.

Macerar la fruta cristalizada y las pasitas en ron o licor de naranja por media hora. Escurrir y espolvorear con harina.
Batir la mantequilla con el azúcar. Agregar las yemas una por una. Incorporar la vainilla o el extracto de almendra y, alternando, la harina con la crema. Agregar la fruta, la nuez y el chocolate. A mano incorporar las  claras batidas.

Hornear por 50 minutos o hasta que un palillo salga limpio y la superficie del panqué esté ligeramente dorada.

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Al servir se puede acompañar con crema batida o con rodajas de naranja confitadas.