Hallazgo milenario en Chihuahua

Las pisadas corresponden a tres adultos y un niño.

Reforma.com 26 de septiembre 2011. Sección Cultura.


Cinco huellas de pies humanos, cuya antigüedad se calcula entre 25 mil y cuatro mil 500 años, fueron descubiertas en la Sierra Tarahumara, por especialistas del INAH, quienes señalan que podrían corresponder a los primeros hombres que poblaron esa región.

En un comunicado, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) explicó que de verificarse su antigüedad, este hallazgo se sumaría a las pocas impresiones de primeros pobladores del continente americano que se conservan en México, particularmente en Cuatro Ciénegas, Coahuila, y en un rancho de Sonora.Las pisadas corresponden a tres adultos y un niño que probablemente vivieron en las cuevas que se hallan en un paraje de la sierra, en el Valle de Ahuatos, a ocho kilómetros del poblado de Creel, en Chihuahua.

Los resultados de los análisis morfoscópicos (forma), arrojaron que la huella 1, por su longitud de 26 centímetros, corresponde al pie derecho de un adulto de sexo masculino; en tanto que la 2 es del pie izquierdo de otro adulto. No obstante, por ser la menos definida se ha dificultado la identificación del sexo de la persona que la dejó.

Asimismo la pisada 3 es de un infante de 3 a 4 años de edad y corresponde al pie derecho con una longitud de 17 centímetros.

Mientras que las improntas 4 y 5 son de otro adulto y representan el único par que corresponde a la misma persona, mismas que se encontraron a dos metros de distancia de la huella 1.

La pisada del pie izquierdo de la huella 4 tiene una longitud de 23.7 centímetros, en tanto que el derecho de huella 5 mide 24.5 centímetros, una de las particularidades de estas dos pisadas es que tienen seis dedos, lo que puede deberse a una malformación.

Según el antropólogo José Concepción Jiménez el hallazgo de las huellas humanas se logró a partir de un correo que hizo llegar un habitante de Chihuahua, al Seminario del Hombre Temprano en México, para avisar de la existencia de huellas humanas antiguas, impresas en el Valle de Ahuatos, en el municipio de Bocoyna.

«Acudimos a realizar exploraciones de superficie para verificar la información y no encontrábamos las impresiones, costó mucho trabajo dar con ellas porque no es fácil su identificación», apuntó el investigador.

Compartió además que después de varias búsquedas, las huellas fueron encontradas en un arroyo que corre en la pendiente de un paraje de aproximadamente mil metros cuadrados, donde las improntas se ubicaron en un área de aproximadamente dos metros dentro del riachuelo, en el cual el agua sólo fluye en temporada de lluvias, y el resto del año está seco.

Con la finalidad de descartar o detectar la presencia de más pisadas humanas en lugares cercanos, se hicieron recorridos de superficie abarcando una extensión de 50 kilómetros, compartió el antropólogo, quien aseguró que no se encontraron más huellas, pero en el área cercana a las huellas se descubrieron otras evidencias de ocupación humana en el valle.

Explicó que estas otras evidencias, rastros de campamentos primitivos, dan pie para que la antropología advierta presencia humana desde épocas remotas como el Pleistoceno (12 mil años antes de nuestra era).

Asimismo, en los abrigos rocosos que circundan el valle, dentro de una extensión de 50 kilómetros, se encontraron cinco cuevas con vestigios, entre las que destacan tres que tienen en su interior pinturas rupestres sobrepuestas, las cuales, de acuerdo con la etnohistoriadora Gabriela Salas, del equipo de investigación.

Según los últimos informes se trata de vestigios realizados durante tres periodos: precerámico, prehispánico y colonial, lo que da constancia de una larga ocupación humana en el Valle de Ahuatos.

Las huellas, pinturas y materiales arqueológicos fueron localizadas por el antropólogo físico José Concepción Jiménez, del INAH, quien informó que «estos descubrimientos son de gran relevancia para el estudio de los primeros pobladores en América, porque indican que en este paraje de la Sierra Tarahumara se asentaron algunos de los primeros grupos humanos que llegaron a esta parte del continente que hoy se conoce como Chihuahua».

Para el también coordinador del Proyecto «El Hombre Temprano en México», de la Dirección de Antropología Física del INAH, tal hipótesis deriva de la existencia de un campamento primitivo, localizado a kilómetro y medio del riachuelo donde se descubrieron las huellas humanas.

Dicho sitio, dijo, tiene una roca de más de dos metros de altura con un bicelado en un costado y una cerca circular de piedras de menor tamaño, también con evidencias de haber sido trabajadas por el hombre.

Respecto a las manifestaciones rupestres, explicó, que por la iconografía «claramente se pueden identificar las que corresponden a la época más remota o precerámica, que son aquellas plasmadas en colores rojo y amarillo con representaciones de líneas, círculos y grecas en zigzag, similares a otras localizadas en Cuatro Ciénegas, Coahuila.

En estas oquedades, añadió, corresponden a grupos de los primeros pobladores del norte de México, y que también se encontraron restos de hollín producido por fogones y morteros, a modo de hoyos que se tallaron en las rocas, para moler alimentos.

En la entrada de las cuevas se identificó otra serie de hoyos de 25 centímetros de diámetro por 1.30 de profundidad, que pudieron servir para guardar comestibles; además de otros más pequeños cavados en círculo, que posiblemente se ocuparon para clavar postes de madera, aseguró el antropólogo físico del INAH.

Puntualizó que es necesario hacer estudios de laboratorio para fechar con exactitud las huellas humanas, pinturas y el resto de materiales arqueológicos encontrados, de modo que se tomaron muestras de sedimentos, tierra y pigmentos.

Hasta el momento las posibles épocas en que fue ocupada esta región se ha calculado por analogía con vestigios encontrados en otros sitios de la región, y en el caso de la pintura a partir de su iconografía, aseguró.

De verificarse su antigüedad, el hallazgo se sumaría a las pocas impresiones de primeros pobladores de América que se conservan en México.

Foto: Cortesía INAH

Las Cruzadas

Documental del History Channel sobre la historia de las cruzadas parte 1.

Documental del History Channel sobre la historia de las cruzadas parte 2.

Hallan inscripción en árabe de las Cruzadas.

El Universal, 15 de noviembre de 2011. <http://www.eluniversal.com.mx/cultura/66954.html> 

 La placa de mármol gris, del siglo XIII, lleva el nombre del emperador Federico II, líder de la Sexta Cruzada que se autocoronó rey de Jerusalén en el Santo Sepulcro. 

La pieza estaba en un domicilio privado

Una inscripción en lengua árabe de las Cruzadas, algo hasta ahora inédito en Oriente Medio, fue hallada en un domicilio privado de Tel Aviv y descifrada, informó la Autoridad de Antigüedades de Israel.

La placa de mármol gris, del siglo XIII, lleva el nombre del emperador Federico II, líder de la Sexta Cruzada que se autocoronó rey de Jerusalén en el Santo Sepulcro, iglesia donde se sitúa el nacimiento de Jesucristo.

Los monarcas que abanderaron la conquista de Tierra Santa usaban generalmente el francés como lengua de comunicación y el latín como registro culto y para inscripciones. El latín era así la lengua usada en las placas de las fortalezas o templos que edificaron desde su llegada a las murallas de Jerusalén, en 1099, hasta el fracaso definitivo, en 1271.

Federico II era, sin embargo, un rey “distinto”, que tomó parte de Tierra Santa sin derramamiento de sangre, hablaba árabe con fluidez y llenó su corte de musulmanes, explicó uno de los responsables del descubrimiento, Moshe Sharón.

Antes de recibir las llaves de Jerusalén de manos del sultán egipcio Al-Kamil a raíz de un breve armisticio firmado por ambos en 1229, el emperador mandó fortificar el castillo de Yafa, localidad costera hoy anexa a Tel Aviv, pero entonces importante vía marítima de acceso a la zona.

Federico II mandó entonces colocar en los muros del castillo dos inscripciones con el mismo texto: una en latín (como era habitual entre los monarcas cruzados) y otra en árabe, en sintonía con su cercanía a dicha cultura, señaló Sharón. La inscripción, datada textualmente en el “1229 desde la encarnación de nuestro señor Jesús el Mesías”, enumera los títulos del emperador, excomulgado por el papa Gregorio IX.

Respecto a la placa en latín, aunque sólo queda una pequeña parte, ya en el siglo XIX se atribuyó a Federico II, en cuyo palacio principal de Sicilia no ha sido hallado ningún rótulo en la lengua del Corán.

La pieza en árabe fue hallada hace tiempo en Tel Aviv; la pasada semana se descifró su contenido tras un “complejo proceso”.

Mesopotamia: La civilización sumeria

La religión de Mesopotamia

Fuente: La ReligióN MesopotáMica. En Slideshare: <http://www.slideshare.net/landa/la-religin-mesopotmica&gt;

La epopeya de Gilgamesh

Fuente: Patricia Pérez G. Gilgamesh. En Slideshare: <http://www.slideshare.net/yocronopia/gilgamesh&gt;

Textos sumerios inéditos.

Las tablillas miden alrededor de cinco centímetros, están hechas en arcilla y redactadas en lengua sumeria con escritura cuneiforme.

Reforma, México D.F., 19 de julio de 2011. Sección Cultura.

Dos tablillas de arcilla grabadas en lengua sumeria, de 4 mil años de antigüedad, y que no se tenían registradas en los archivos del mundo, fueron identificadas por especialistas mexicanos y españoles, luego de su investigación y traducción al español.

Se trata de piezas del acervo del Museo Nacional de las Culturas (MNC) que serán exhibidas próximamente en una nueva sala que estará dedicada al Medio Oriente Antiguo.Los textos de esta antigua civilización de lo que hoy es Medio Oriente son de carácter administrativo y se refieren a las cosechas obtenidas por trabajadores de los primeros campos agrícolas.La antropóloga Alejandra Gómez Colorado informó que ambas piezas se localizaron durante el proceso de revisión de objetos que integrarán las colecciones del nuevo guión museográfico del MNC, como parte de su reestructuración integral.

La curadora de la Sala Medio Oriente Antiguo explicó que las tablillas se encontraban guardadas en los acervos del museo, dentro de una colección de 17 tablillas con escritura cuneiforme, de las cuales 14 son réplicas, varias de ellas elaboradas en diversos museos y universidades del mundo.

Durante la revisión de piezas, la antropóloga del INAH se percató de que tres de las tablillas son originales y buscó los expedientes para identificarlas, hallando datos sólo de una, y dos de ellas carecían de traducción.

A través de El Colegio de México, Gómez Colorado se contactó con los doctores Gregorio del Olmo, especialista en estudios del Próximo Oriente Antiguo, y Manuel Molina, del Centro de Ciencias Humanas y Sociales, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas de Madrid, quienes advirtieron que se trata de escritos antiguos elaborados en sumerio.

Los especialistas de Barcelona investigaron en los catálogos de escritura cuneiforme del mundo, y determinaron que ninguna de las dos tablillas estaba registrada en archivos.

El sistema cuneiforme es considerado la primera forma de expresión escrita de la humanidad; en el mundo hay muchas tablillas con textos de este tipo que fueron redactados en gran cantidad de lenguas, como el sumerio, acadio, elamita, hitita, hurrita, entre otros.

«Son como un gran rompecabezas, porque cada vez que aparece una y se traduce, los estudiosos tenemos más información para entender cómo se vivía en la antigüedad. Con estas dos tablillas México pone su pieza en el rompecabezas de la historia del tercer milenio antes de Cristo».

Las tablillas miden alrededor de cinco centímetros, están hechas en arcilla y redactadas en lengua sumeria con escritura cuneiforme. Los textos son de carácter administrativo y refieren al registro de los trabajadores de los primeros campos agrícolas; describen cuál era la cosecha, cuánto se había obtenido durante un día en un campo de cultivo y hacia dónde se llevaban los granos.

El Museo Nacional de las Culturas tiene una colección de 17 tablillas con escritura cuneiforme: tres originales, las dos recientemente identificadas, y una más escrita también en sumerio, aún más antigua (2700 a.C.) y que también hace referencia a la administración de campos de cultivo.

Las piezas llegaron en los años 70 —cuando se inauguró el MNC— por un intercambio con la Universidad de Pensilvania (EEUU), institución académica que tiene un archivo importante porque llevó a cabo trabajos de excavación en Iraq.

Conferencias de Alan Knight sobre la Revolución Mexicana en MUNE

 

Compara Knight a ‘Revoluciones’

 

 

Cristóbal Martínez.

El Norte, Monterrey, N.L., 5 de octubre 2011. Sección Vida, Pág. 8.

Participa historiador inglés en Cátedra Alfonso Reyes. Afirma que rebelión de 1910 en México y actual lucha árabe tienen en común la desorganización.

Las nuevas revoluciones que este año han surgido, como la «Primavera Árabe», se asemejan a los inicios de la Revolución en México, señaló ayer el historiador inglés Alan Knight.

«La Revolución Mexicana tiene cierta comparación con lo que está pasando actualmente en el mundo árabe», dijo, «sobre todo en el sentido de ser una movilización desorganizada, de gente por todos lados, en donde no hay un solo partido y, hasta ahora, que yo sepa, no hay caudillos muy obvios».

 No obstante, tarde o temprano, es probable que, como sucedió en el País hace más de un siglo, en los movimientos actuales comiencen a surgir líderes que den forma a las reformas políticas o sociales que cada sociedad pretenda alcanzar con sus movimientos.

 «Esto de la gente movilizada, los jóvenes con sus aparatos electrónicos, quizás pueda ayudar a comenzar a llevar a cabo la transformación política que hemos visto en Egipto, en Túnez y, hasta ahora con mucho más violencia, en Libia», explicó el catedrático de la Universidad de Oxford.

«Pero la historia sugiere que para establecer un nuevo régimen, ojalá un régimen más o menos democrático, más progresivo, se necesitan partidos y líderes. No me sorprendería que en Libia y en otros casos haya una nueva generación de líderes, ojalá que sean caudillos constructivos».

Knight, quien visita Monterrey para impartir el ciclo de conferencias «Nuevas Perspectivas sobre la Revolución Mexicana (1910-1940)», basó su comparación en las similitudes entre el clima político y social que se vivía en el País hace más de un siglo, y el que viven ahora los países árabes.

«Otra comparación histórica importante entre la Revolución Mexicana y la ‘Primavera Árabe’ es que no había un partido organizado; en este sentido, son muy diferentes de la Revolución China o la Rusa, donde estaba el Partido Comunista que luchaba por el poder», señaló.

 «En México no había un partido oficial, sino que nació más de 20 años después, en 1929. En este sentido, la Revolución Mexicana sí fue bastante descentralizada. Había líderes, caudillos, quizá, pero también había bastante movilización local, popular, con gente más o menos anónima».

 No obstante, Knight, especialista en el movimiento revolucionario de México entre 1910 y 1940, afirmó que, a diferencia de los movimientos internacionales, la ola de violencia que se vive en el País en la actualidad no se relaciona con un ambiente prerrevolucionario, sino sólo con una escalada criminal.

«La violencia que tuvo lugar cuando la Revolución Mexicana, primero con la rebelión maderista de 1910 -una revolución bastante corta-, después una más fuerte y más extensa con el villismo, el zapatismo, con Huerta, ésa fue una lucha política, con metas políticas, con manifiestos», advirtió.

«Para mí, la violencia actual es diferente porque, sin entrar en detalles, no conozco muy bien, no es una lucha política en el sentido de visiones o programas políticos opuestos, es algo diferente. No haría una comparación entre las dos épocas, porque las veo como fenómenos bastante diferentes».

 Durante su ciclo de conferencias, que inició ayer con el tema «Estado, región y patria chica en la Revolución Mexicana», Knight realizará un análisis de distintos factores que intervinieron en las diferentes etapas de la justa revolucionaria que, desde el punto de vista del académico, concluyó en 1940.

 Hoy, el tema será «La Revolución Mexicana en un contexto global», y mañana cierra el ciclo de charlas, realizadas en el Museo del Noreste, con «¿Fue un éxito la Revolución Mexicana?», una revisión de los logros del movimiento.

«Los historiadores han tratado, con mucha razón, de desmitificar y desagregar a la Revolución pero, a veces, creo que han ido demasiado lejos, descalificándola como una revolución menor, lo que para mí, en términos históricos, es un error», explicó.

 «Yo veo en la Revolución Mexicana, en su curso, su trayectoria, además de sus resultados, una revolución comparable con otras en la historia del mundo, y eso no es un punto político, sino que tiene que ver con la historiografía de México».

Las conferencias de Knight, autor de textos como The Mexican Revolution y Caciquismo in Twentieth-century Mexico, forman parte de la Cátedra Alfonso Reyes y se llevan a cabo desde anoche en el auditorio del Museo del Noreste, en punto de las 19:00 horas. La entrada es libre.

 Su perfil: un hombre de historia

Alan Knight es:

 · Profesor de historia de América Latina en la Universidad de Oxford.

· Autor de libros como «The Mexican Revolution», «Caciquismo in Twentieth-century Mexico» y «US-Mexican Relations, 1910-1940: An Interpretation».

· Investigador en las áreas de historia y política de América Latina, con acentuación en México.

 · Especialista en los temas de revoluciones, formación de estados, movimientos campesinos y relaciones de Gran Bretaña y Estados Unidos con América Latina.


Inauguración de la Sala Marfiles en el Museo de Historia Mexicana

Ceden a museo tesoro de marfil.

Reciben colección de Lydia Sada de González. Abre hoy MHM la Sala Marfiles, que exhibirá 200 piezas religiosas.

Lourdes Zambrano.

El Norte, Monterrey, N.L., 9 de septiembre de 2011. Sección Vida, p. 16.


Una muestra perfecta de las relaciones comerciales y culturales que existieron entre Oriente y Occidente del siglo 16 al 19 son las piezas que integran la nueva sala del Museo de Historia Mexicana, Sala Marfiles, que abre hoy.

El nuevo espacio forma parte de la Sala Permanente del recinto gracias a que recibieron en comodato las 200 piezas que ha reunido durante ocho décadas Lydia Sada de González, reconocida coleccionista regiomontana, quien inició su acervo siendo adolescente.

Esta colección de marfiles es única en América Latina y nunca se había exhibido completa, señaló Claudia Ávila, gerente de exposiciones del museo.

Los objetos están desplegados en nueve vitrinas, respetando el acomodo y el estilo de exhibición que Sada de González usó en su casa.

Esta colección tiene piezas que datan del siglo 16 y hasta el 19, provenientes de Filipinas y la India, en donde se trabajaban las piezas, todas religiosas.

«Es una fusión entre Oriente y Occidente. Los evangelistas llevaron grabados y pinturas de carácter religioso para la evangelización y estas estampas se adaptaron a la técnica que ya tenían los nativos orientales, como es el marfil», explicó Claudia Sánchez, historiadora del museo.

«En casi todas las figuras los ojos están achinados, los párpados son abultados, los pliegues de las ropas hacen alusión a la ropa que se usaba en esos lugares, como los saris», dijo.

Entre los objetos que se exhiben hay imágenes de la Virgen, entre las que destacan dos que datan del siglo 16, otra que forma parte de la época de la Dinastía Ming y una más calificada como Guanyin, una deidad budista.

«Es una semejanza. Esta figura de las Guanyines es antiquísima y hace relación a la figura de la maternidad, no es una Virgen María, es una figura del budismo, pero sí es de marfil», explicó Sánchez.

También hay arcángeles, santos, crucifijos, relieves, niños Dios, nacimientos e imágenes para vestir, es decir, cabezas de figuras marianas y santas, cuyo «cuerpo» era un vestido o ropaje.

En la colección se distinguen dos corrientes: la hispanofilipina y la lusoindia, que a la vez se divide en las escuelas indoportuguesa y cingaloportuguesa, todas con características propias.

Previa al comodato con el Museo de Historia Mexicana, la colección de marfiles tuvo una sala en el Museo de Monterrey, aunque no con todas las piezas.

Las piezas se tendrán por cinco años en el recinto; luego se devolverán a su dueña.

Ejemplo que edifica.

Gerardo Puertas.

El Norte, Monterrey, N.L. 10 de septiembre 2011. Primera Sección,  Pág. 9.



Muchas personas identifican la acción del coleccionista con la mera acumulación de objetos. Pocas entienden que coleccionar conlleva otras tareas: buscar, adquirir, estudiar, clasificar, conservar y compartir.

La apertura de la Sala Marfiles en el Museo de Historia Mexicana, ocurrida esta semana, representa la feliz confirmación de que en Monterrey existen personas que se dan cabal cuenta de cuál es la misión más alta que debe cumplir un coleccionista: compartir.

Me refiero a doña Lydia Sada de González. Y a su decisión de poner a disposición del MHM, a través de un comodato a largo plazo, su vasto acervo de tallas en marfil de facturas indoportuguesa e hispanofilipina.

El hecho es un suceso cultural de primera relevancia, no sólo en la Ciudad y en el País, sino en el continente y en el mundo.

A partir de este momento toda persona puede apreciar la más importante colección dentro de su especialidad en las Américas y una de las más relevantes en su tipo a nivel universal.

Ese acontecimiento, junto con su previa decisión de poner bajo el resguardo del mismo espacio museístico su vastísima selección de pinturas novohispanas en el género de castas, sitúa a la capital de Nuevo León como un referente indispensable dentro del circuito mundial de las artes plásticas y decorativas.

Más de 200 imágenes de cristos, vírgenes, arcángeles y santos, esculpidos en India y en Filipinas entre los siglos 16 y 19, es decir, durante los periodos en los que Goa y el archipiélago formaban parte de los Imperios Portugués y Español, se congregan en el recinto para ofrecernos una deslumbrante panorámica de sobrecogedora belleza.

El vocablo castellano marfil deriva del árabe «azm alfil», cuyo significado es hueso de elefante. El material, que es en esencia una dentina, surge también de mamíferos como el mamut, el hipopótamo, la morsa y la ballena.

Los colmillos pueden ser conservados en su estado natural o utilizados para esculpir. Su factura es conocida como eboraria.

Los primeros vestigios de utilización del marfil en India datan del año 2500 a. C., pasando por los periodos indio, mongol, portugués y británico, relacionándose con las tradiciones religiosas hindú, islámica y cristiana. En las etapas colonial de Goa e imperial del Raj hubo trabajos destinados al consumo interno y al mercado europeo.

Filipinas, dentro del mundo ibérico, destaca por la manufactura de piezas en marfil. Aunque la técnica puede haber precedido a la llegada de los españoles, fueron éstos quienes promovieron dicha industria a través de la importación de figuras cristianas como modelos y de la inmigración de maestros artesanos chinos conocidos como sangleyes. El Galeón de Manila distribuyó tales productos por el Imperio Español.

Conocí la gentil elegancia y la fina sencillez de don Roberto G. Sada y doña Mercedes Treviño de Sada. Visité varias veces su casa de la Colonia Obispado. Subí por la escalera que ofrecía el testimonio de tres siglos de pintura novohispana. Gocé el retrato flamenco y los bodegones poblanos; disfruté el cristal romano y la porcelana china.

Ese legado cultural es la raíz fecunda sobre la cual se yergue la labor coleccionista y editorial de doña Lydia, que, a través de su generosa aportación a la comunidad, se corona con la inauguración de la Sala Marfiles del MHM. Monterrey debe reconocer su largueza y su visión, que, en una etapa marcada por terror y muerte, dan belleza y vida a la Ciudad.

Muchas personas identifican la acción del coleccionista con la mera acumulación de objetos. Pocas, como doña Lydia Sada de González, entienden que coleccionar es compartir. Su decisión es, en épocas de destrucción, un ejemplo que edifica.

«Religiones del Mundo»

 Esther Shabot.

Publicado en la columna Catalejo del periódico Excélsior el 21 de agosto 2011.

Las noticias que nos llegan a diario nos recuerdan el enorme peso que las distintas religiones siguen teniendo en el acontecer mundial. Las instituciones religiosas y sus liderazgos van más allá de su función estrictamente espiritual y constituyen verdaderas fuerzas políticas capaces de movilizar a millones de personas mediante la seducción ejercida por las ideologías y creencias que profesan. Es por ello que vale la pena de vez en cuando hacer recuentos que permitan a observadores y analistas tener contexto para valorar mucho de lo que ocurre en tantos rincones del planeta.
Si se considera a los creyentes y/o practicantes de alguna fe religiosa encontramos que cerca de la mitad de ellos –poco más de tres mil millones- profesan alguna modalidad de las tres religiones monoteístas: judaísmo, cristianismo e Islam, mientras que otro tanto más o menos igual se adhiere a alguna de las múltiples religiones propias del Lejano Oriente o a alguna forma de culto politeísta. Y ciertamente hoy por hoy, son las primeras, -cristianismo, judaísmo e Islam- las que mayor visibilidad y activismo presentan.
¿De que tamaño son las comunidades de fieles de estos tres credos monoteístas? El primer lugar lo tiene el cristianismo con una cifra aproximada de 2000 millones de fieles distribuidos en distintas iglesias de las cuales la católica resulta ser la más nutrida con entre 800 y 1000  millones de miembros. Las iglesias ortodoxas orientales, las diferentes iglesias emanadas del protestantismo y las pequeñas iglesias orientales autocéfalas de oriente sumadas a la católica, alcanzan la citada cifra de 2000 millones.
En cuanto al Islam -la religión con mayor índice de crecimiento en los últimos años- el número de sus adeptos se calcula en cerca de 1350 millones. De ellos, la inmensa mayoría practica el Islam sunnita (cerca del 85%), mientras que el 15% restante se identifica con el chiísmo, el cual por cierto sólo es mayoritario en Irán y Líbano. Un dato importante de recordar es el de que ser árabe y ser musulmán no es en absoluto sinónimo. De hecho árabes son sólo 350 millones del total de los 1350 millones de musulmanes. Las 22 naciones árabes que existen hoy en el planeta agrupan más o menos esa cantidad de individuos (350 millones) que por cultura e idioma se reconocen a sí mismos y son reconocidos por los demás como árabes. Por cierto, una minoría de entre los árabes no es musulmana sino que se trata en la mayor parte de los casos de cristianos de alguna de las diferentes denominaciones que sobrevivieron en esas regiones a pesar de la avalancha islámica del siglo VII.
De las 57 naciones que se identifican como islámicas sólo 22 son así árabes, restando 35 que asumen con orgullo su islamismo pero que nada tienen que ver con lo árabe, por ejemplo, Turquía, Irán, Pakistán, Afganistán, Indonesia y Malasia. Puede afirmarse que la confusión tan generalizada en nuestro medio y consistente en entender como sinónimo el ser árabe y el ser musulmán proviene del protagonismo que los árabes tuvieron en la gestación de la fe islámica, al haber sido su fundador –Mahoma- un árabe, árabes sus primeros seguidores, y árabe también el idioma en el que se escribió y se sigue rezando el Corán.
Por último, está también el judaísmo como la otra fe monoteísta que apareció más temprano en la historia que las otras dos y que nutrió a éstas de manera decisiva. En la actualidad los miembros del pueblo judío (se trata de una religión que posee simultáneamente connotaciones nacionales) se contabilizan en 13.5 millones, de los cuales poco menos de la mitad de ellos viven hoy en el Estado de Israel (5.8millones).
Las cifras arriba presentadas seguramente pueden ayudar a contextualizar numerosos acontecimientos mundiales que mucho tienen que ver con ideologías e intereses propios de las religiones y sus respectivas instituciones las cuales constituyen innegables actores políticos.