Charla «El arte secuestrado: las últimas víctimas del Tercer Reich»

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Hablará del ‘arte secuestrado’.

Teresa Martínez

El Norte, Monterrey N.L.,  1 de julio 2015. Sección Vida, pág. 9

Maria Altmann recuperó en 2006 cinco obras de Gustav Klimt pertenecientes a su familia y robadas por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.

Una de ellas es el retrato de Adele Bloch-Bauer, que inspiró la novela La dama de oro, de Anne Marie O’Connor, publicada al español por Vaso Roto, y la película del mismo título protagonizada por Helen Mirren, a estrenarse el viernes.

A partir de un contexto más amplio, la historiadora Ana Portnoy dará la charla “El arte secuestrado: las últimas víctimas del Tercer Reich”, hoy a las 19:00 horas en el auditorio del Centro Cultural Plaza Fátima.

El ejercito nazi confiscó ilegalmente al menos 300 mil obras de arte a familias judías perseguidas durante la Segunda Guerra, detalló Portnoy.

“A partir de la Guerra Fría empieza un movimiento internacional de restitución de todas estas obras a los herederos o dueños legítimos”.

María Altmann, sobrina de Bloch-Bauer y encarnada por Mirren en el film, logró recuperar las pinturas incautadas a sus tíos por los nazis en 1938.

En la charla de entrada libre, la historiadora también hablará de los ataques de los yihadistas del Estado Islámico a sitios arqueológicos de Siria e Iraq.

El libro tiene un costo de 325 pesos y se puede adquirir en librerías o en http://www.vasoroto.com.

Guerras pegan al arte mundial. 

Karen López

El Norte, Monterrey N.L., 3 de julio 2015. SecciónVida, pág. 17.

3225695En una guerra existe el riesgo de que desaparezca el registro histórico-artístico de una cultura, señala Ana Portnoy.

 En una guerra se pierden vidas inocentes y también existe el riesgo de que desaparezca el registro histórico-artístico de una cultura, señaló la historiadora Ana Portnoy.

La también académica trató el caso de las más de 600 mil obras de arte expoliadas por los nazis en la Segunda Guerra Mundial en su charla «El arte secuestrado. Las últimas víctimas del Tercer Reich», en el auditorio del Centro Cultural Plaza Fátima. A partir del libro recientemente llevado al cine- La Dama de Oro, que narra la lucha de Maria Altmann, sobrina de la musa judía del pintor Gustav Klimt, Adele Bloch-Bauer, por recuperar el legado artístico familiar- Portnoy hizo un recuento de los daños culturales que dejan los conflictos.

También refirió el caso actual de la destrucción de museos y sitios arqueológicos por el Estado Islámico en Siria e Irak.

«¿Por qué es importante para algunos destruir la obra de arte? Hay algo más que motivos religiosos: saben el valor que concede Occidente al arte y quieren asustar acerca de lo que podría ocurrir. Lo que están destruyendo no es sólo patrimonio de Irak o Siria, es parte del patrimonio de la humanidad. El problema, al igual que sucedió con los nazis con la expoliación y la destrucción del arte, es que nos van a dejar sin la memoria histórica».

Destacó que, como en el caso del libro, muchas de las obras expoliadas pertenecientes a familias judías no han sido devueltas, sino que forman parte del inventario de museos como el Museo de Bellas Artes de Boston y el MoMa en Nueva York.

Vale oro su charla

Gino Rivera Saravia / Fotos: José Luis Rodríguez

El Norte, Monterrey N.L., 10 de Julio 2015. Suplemento Sierra Madre Págs. 48-53.

La historiadora Ana Portnoy de Berner charla sobre la expoliación de ‘La Mona Lisa Austríaca’, de Gustav Klimt, obra que sirvió de inspiración para el libro ‘La Dama de Oro’, de la estadounidense Anne Marie O’Connor, publicada por Vaso Roto Ediciones, editorial regia de Jeannette Lozano de Clariond

¿Qué representa el arte? ¿Qué es lo que conduce a su apropiación, aunque sea de manera ilegal?
La familia Bloch- Bauer sufrió la expoliación por los nazis de lienzos del pintor austríaco Gustav Klimt, entre ellos “Retrato de Adele Bloch-Bauer I”, conocido también como “La Mona Lisa Austríaca”, que inspiró a la periodista estadounidense Anne Marie O’Connor a contar la historia de su recuperación a través del libro “La Dama de Oro”.

En apoyo a la presentación de la novela, publicada en México por Vaso Roto Ediciones, que pertenece a la regia Jeannette Lozano de Clariond, la historiadora Ana Portnoy de Berner ofreció la charla “El Arte Secuestrado: Las Últimas Víctimas del Tercer Reich” en el Centro Cultural Plaza Fátima, el 1 de julio.

Ahí, principalmente ahondó en el tema del ambiente beligerante por el que estuvo rodeado la obra pictórica, y trató el caso de las más de 600 mil obras de arte expoliadas por los nazis. “Durante la Segunda Guerra Mundial, los nazis orquestaron una trama destinada al robo sistemático de obras de arte de toda Europa, sustraídas de las casas de familias de coleccionistas -muchas de ellas judías-, así como de museos, que iban a ser trasladas a Alemania con la intención que engrosaran las colecciones del museo que Adolf Hitler planeaba crear en la ciudad de Linz.

“Obras maestras de la pintura occidental viajaron en trenes, fueron ocultadas en minas y en sótanos, otras fueron a parar a manos de los jerarcas nazis y otras muchas acabaron en el floreciente y turbio mercado de arte”, contó Portnoy al inicio de la conferencia, frente a un auditorio que lució lleno.

Ése fue el destino de lienzos de Brueghel, Rembrandt, Goya, Van Gogh, Cézanne, Renoir, Picasso, entre otros.
De esta manera, agregó, después de más de 50 años de la derrota del Tercer Reich, Austria inició la restitución del arte robado, por lo que María Altmann -de cuya familia fue incautada la colección artística en 1938- decidió tomar los pasos necesarios para la recuperación del retrato de su tía Adele Bloch-Bauer, expuesto en la galería Belvedere en Viena, junto con otros cuatro cuadros de Klimt que habían sido parte de la colección de su familia.

O’Connor -siendo reportera de Los Angeles Times en 2001- entrevistó a Altmann sobre el proceso legal que había iniciado, publicando el artículo que sería el embrión del libro.

“’La Dama de Oro’ es un fascinante libro, resultado de una investigación acuciosa y exhaustiva, con un cuerpo bibliográfico digno de una disertación doctoral y con información obtenida por las entrevistas a María que O’Connor llevó a cabo desde el 2001 hasta el 2006, así como la correspondencia que mantuvo con la sobrina de Altmann hasta el 2009.

“La autora reconstruye fidedignamente el ambiente que rodeó a Gustav Klimt, exponente del movimiento secesionista austríaco de principios del siglo 20 y quien pintó el espectacular cuadro de la bella judía Adele, encargado por su esposo Ferdinand en el año 1903”, señaló.

Esta historia, añadió, ahonda en la belle époque en Austria, el ambiente cultural y artístico en torno a Klimt y a su musa, la anexión de Austria al Tercer Reich, la forzada emigración de miles de judíos austríacos y la deportación a campos de concentración de otros miles más; la expoliación de obras de arte a cargo del nazismo, el Holocausto y el dificultoso proceso legal por el que la heredera pasó tras siete años de enfrentar al estado austríaco.

Durante la charla, la historiadora también hizo hincapié en la ‘limpieza cultural’ que realiza el Estado Islámico en Irak y Siria, comparando esta destrucción y este despojo de acervo cultural con los que hicieron los nazis.

Arte recuperado

Actualmente, “Retrato de Adele Bloch-Bauer I” se expone en Neue Galerie New York, tras haber sido comprado por Ronald Lauder, heredero de la línea de cosméticos Estée Lauder y miembro de World Jewish Restitution Organization, por 135 millones de dólares.

Las otras piezas de Klimt recuperadas por Altmann fueron subastadas por Christie’s en noviembre de 2006 en tan sólo 6 minutos por 192.7 millones de dólares. El segundo óleo de Adele fue adquirido por un particular y, desde el 2016, se exhibe en el Museum of Modern Art de Nueva York, en un préstamo a largo plazo.

De las 600 mil obras robadas durante el régimen nazi entre 1933 y 1945 se estima que 100 mil siguen desaparecidas o han sido identificadas erróneamente, aseguró la historiadora.