Mousse de chocolate

 Uno de los postres más populares es el mousse, que puede ser de chocolate, café, grand marnier, fresas, limón, naranja o de otros sabores.

La primera receta de un mousse  fue publicada por el cocinero francés Menon a mediados del siglo XVIII. Según su receta, a una crema de leche batida se le agregaban claras de huevo y se podían hacer de chocolate, café o azafrán. Servidos en vasitos de plata o vidrio, recomendaba enfriarlos en hielo por varias horas[1].

Un mousse (la palabra quiere decir espuma) tiene una base de claras batidas a punto de nieve, o crema dulce batida –o ambas- con una textura suave y esponjosa y algunas recetas incluyen grenetina para darle una consistencia más firme.  También puede ser de quesos, verduras, mariscos o pescado.

Elaborado con huevo crudo –si bien las yemas se pueden cocer ligeramente al agregarse a la base tibia- el mousse debe ser refrigerado y consumido pronto.

El más popular es el de chocolate, por lo que como postre es un éxito seguro.

Mousse de chocolate

 A pesar de su simplicidad y la rapidez para elaborarla, esta receta es infalible y siempre quedará muy bien con sus comensales.

Ingredientes:

7 huevos separados, las claras a temperatura de ambiente

160 gms. de chocolate semiamargo de buena calidad

2 cucharaditas de nescafé

2 cucharadas de azúcar

¼ taza de licor (Kahlúa, Amaretto, Grand Marnier, ron).

Procedimiento:

Derretir el chocolate con el licor y el nescafé a baño maría.

Agregar las yemas, una por una, batiendo con un batidor eléctrico de mano a incorporar. Dejar entibiar.

Batir las claras a punto de nieve, agregando lentamente el azúcar.

A mano y con una espátula, agregar 1/3 de las claras batidas al chocolate para aligerar la mezcla.

Agregar procurando no bajar el volumen de las claras un tercio más y finalizar con el resto a que quede una mezcla homogénea.

Para servir se puede dividir en copas, tazas o tazones medianos, cubrir con egapak y refrigerar al menos seis horas.

Antes de llevar a la mesa se puede decorar con azúcar glass, chocolate rallado, fresas rebanadas o frambuesas y hojitas de yerbabuena.

También se puede poner al fondo de la copa medio durazno sin el almíbar cubriéndolo con el mousse y refrigerándolo varias horas.