México: La República Restaurada, 1867-1876

Fuente: Kikapu8. Videoclip de Alma de México: Época Independiente. En Youtube:

<www.youtube.com/watch?v=0OJiSFJjexI>

El natalicio

Sergio Sarmiento

El Norte, Monterrey, N.L., 21 de marzo 2013. Primera Sección Pág. 6.

«Como hijo del pueblo nunca podría olvidar que mi único fin debe ser siempre su mayor prosperidad».

Benito Juárez

 Siempre me he preguntado por qué celebramos el nacimiento de todos los próceres, pero el natalicio de Benito Juárez. ¿Será porque se trata del Benemérito de las Américas? A Juárez se le ha dado siempre un trato especial en la liturgia política e histórica mexicana, quizá porque se le considera el único Presidente de origen indígena. Cómo olvidar que «El Show del Loco Valdés» fue retirado del aire en los tiempos de Luis Echeverría porque el Loco se refirió al ex Presidente como el Bomberito Juárez.

El Presidente Enrique Peña Nieto ha regresado con prontitud del Vaticano, donde acudió a la misa inaugural del Papa Francisco, para encabezar hoy en México la celebración del natalicio de Juárez. Ésta se llevará a cabo, de hecho, en el Hemiciclo a Juárez de la Ciudad de México, que había sido tomado virtualmente por los grupos de izquierda y que el ex Jefe de Gobierno de la Ciudad de México declaró como «mi Hemiciclo» en un mensaje de Twitter el 1 de diciembre de 2012.

 El que se festeje a Benito Juárez, sin embargo, no quiere decir que se respeten sus ideas. Los políticos mexicanos, especialmente aquellos que se dicen «progresistas» y celebran a los liberales del siglo 19, rechazan en realidad las ideas liberales y asumen posiciones abiertamente conservadoras.

 Los progres mexicanos, por ejemplo, defienden los usos y costumbres indígenas, como lo hacían los conservadores del siglo 19. El liberal zapoteco sostenía en cambio que las comunidades indígenas debían integrarse de manera cabal a la sociedad mexicana y estar sujetas a las mismas leyes que el resto de la población. De otra manera se violaría el principio de general aplicación de la ley, sin fueros ni excepciones, que es tan importante para los liberales.

 Los políticos actuales que adornan sus oficinas con retratos de Benito Juárez, y que al mismo tiempo defienden el ejido y rechazan la propiedad privada en el campo, se sonrojarían si supieran que Juárez era un férreo defensor de la propiedad individual de la tierra. Cuando los liberales ordenaron la desamortización de las tierras de la Iglesia, aplicaron la medida a todas las «corporaciones», incluyendo las comunidades indígenas.

Para Juárez la propiedad fuera del mercado no podía generar beneficios para la sociedad. De hecho, la Constitución liberal, la de 1857, reconoce en su Artículo 27 el derecho a la propiedad privada, mientras que la de 1917 determina que la Nación es en principio propietaria de todo y que al otorgar su uso a particulares permite la propiedad privada. Hay una gran diferencia entre reconocer derechos y otorgarlos.

Si los políticos mexicanos nacionalistas o de izquierda buscan establecer barreras al comercio nacional e internacional, Juárez estaba convencido de las virtudes de la libertad de comercio. En el tiempo en que pudo realmente gobernar la República Mexicana tomó medidas para abrir el País a la actividad comercial que consideraba, como cualquier verdadero liberal, la base del desarrollo económico.

 Es loable que a 207 años de su nacimiento, y a casi 141 de su fallecimiento, Juárez siga siendo objeto de homenajes en nuestro País. Siempre me pareció un acierto que Andrés Manuel López Obrador lo rescatara como guía, sobre todo por su honestidad personal y la moderación en su gasto gubernamental, y usara su imagen en sus oficinas y presentaciones públicas. Me parece magnífico también que el Presidente Enrique Peña Nieto regrese del Vaticano para celebrar al gran liberal mexicano. Pero de nada sirve rendirle homenajes a un personaje histórico si los mismos que lo alaban descartan las ideas que defendió.